Creo que antes de empezar a escribir artículos de críticas de cine o de comentar eventos cinematográficos sería bueno que explicara qué me impulsa a querer el séptimo arte.
Pues no es fácil de contar.... De las primeras películas que tengo conocimiento fue E.T, una película tierna, divertida y fantástica. Yo era muy pequeño pero esa historia me marcó e incluso me compré un muñequito del bicho ese tan feo pero que tanta emoción me había creado.
Sin darme cuenta algo dentro de mí despertó aunque yo no fuí consciente. Una historia de ficción había suscitado en mí sentimientos que la vida real no había logrado. Un personaje que había conocido hace escasamente hora y media ya formaba parte de mí más que otras muchas personas con las que diariamente me relacionaba.
Poco a poco empecé a valorar más a los directores que a los actores. Empecé a entender que una historia bien contada es la que te lleva por el sendero de lo que necesitas conocer, es la que consigue sacar de ti todo eso que necesitabas sacar y no encontrabas el momento. Empecé a querer descubrir lo que se escondía detrás y finalmente busqué la manera de hacerlo.
La foto que he incluído en el artículo guarda relación con todo lo que he contado. Ese gra director, Alejandro Amenábar, tiene talento pero sobre todo esconde una gran sensibilidad. Sensibilidad que sabe transmitir y que genera en tí miedo, sonrisa, intriga, dolor, ternura y diversión.
Un día daré al cine todo lo que ella me dió a mí.
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