En 1982 llegó a las pantallas de todo el mundo una nueva forma de hacer cine usando técnicas digitales. Su nombre fue “Tron”, lo dirigió Steven Lisberger, y a pesar de su escaso éxito de taquilla se ganó el reconocimiento de “película de culto”. Disney recupera este film de ciencia ficción con la producción del propio Lisberger y con el desconocido Joseph Kosinski como director. Pese a su tecnología 3D “Tron Legacy” es un aburrido, previsible y poco aprovechado producto que ni siquiera sorprende en el aspecto técnico.
El reto era complicado. Resucitar un film de poco éxito con los mimbres que ya se utilizó en su primer intento pero con las posibilidades tecnológicas actuales. Un fuerte presupuesto, recuperar al protagonista de ese primer film (Jeff Bridges), mantener un sentido en el libreto respetando el guión original y apostar con fuerza por los efectos especiales aprovechando la tecnología 3D fueron las armas que “Tron Legacy” pensaba explotar para alcanzar el objetivo.
Cuando ves detenidamente el film te das cuenta que todo eso no es suficiente. Sólo la caracterización digital del protagonista rejuveneciéndole casi 30 años despunta y sorprende. El 3D es simplón y los efectos especiales son correctos pero no brillantes.
Kevin Flynn, máximo accionista de Encom, ha desaparecido. Se encuentra encerrado en su propia creación tecnológica, un mundo paralelo que controla su álter ego Clu. Sam Flynn, su hijo, entrará en ese Universo para salvar a su padre y destronar al malvado programa que lo domina.
Pese a no faltar las famosas carreras de motos ni los espectáculos visuales que caracterizan a “Tron”, los diálogos son fáciles, monótonos y soporíferos. El guión flaquea en su lado más dramático. Ni los actores llegan a creerse lo que están interpretando ni el director sabe dinamizar con pericia un mundo irreal y destructivo.
Cine de entretenimiento que cuenta con la ventaja de poder disfrutar del film sin tener que revivir la película de 1982. Aunque los personajes se repiten y la trama en cierta forma está relacionada con la predecesora, “Tron Legacy” se plantea como un producto independiente con un inicio y fin en sí mismo.
Su gran promoción y la factoría Disney sosteniéndolo complican su fracaso en taquilla aunque ya es el momento de buscar guiones originales creativos y evitar remakes y secuelas innecesarias.
No aporta nada nuevo y desde luego no aprovecha el 3D como debiera pero quizás pueda servir para pasar una tarde en el cine comiendo unas palomitas con el novio/a sin la preocupación de perder algo interesante si la cita va por buen camino.
José Daniel Díaz
El reto era complicado. Resucitar un film de poco éxito con los mimbres que ya se utilizó en su primer intento pero con las posibilidades tecnológicas actuales. Un fuerte presupuesto, recuperar al protagonista de ese primer film (Jeff Bridges), mantener un sentido en el libreto respetando el guión original y apostar con fuerza por los efectos especiales aprovechando la tecnología 3D fueron las armas que “Tron Legacy” pensaba explotar para alcanzar el objetivo.
Cuando ves detenidamente el film te das cuenta que todo eso no es suficiente. Sólo la caracterización digital del protagonista rejuveneciéndole casi 30 años despunta y sorprende. El 3D es simplón y los efectos especiales son correctos pero no brillantes.
Kevin Flynn, máximo accionista de Encom, ha desaparecido. Se encuentra encerrado en su propia creación tecnológica, un mundo paralelo que controla su álter ego Clu. Sam Flynn, su hijo, entrará en ese Universo para salvar a su padre y destronar al malvado programa que lo domina.
Pese a no faltar las famosas carreras de motos ni los espectáculos visuales que caracterizan a “Tron”, los diálogos son fáciles, monótonos y soporíferos. El guión flaquea en su lado más dramático. Ni los actores llegan a creerse lo que están interpretando ni el director sabe dinamizar con pericia un mundo irreal y destructivo.
Cine de entretenimiento que cuenta con la ventaja de poder disfrutar del film sin tener que revivir la película de 1982. Aunque los personajes se repiten y la trama en cierta forma está relacionada con la predecesora, “Tron Legacy” se plantea como un producto independiente con un inicio y fin en sí mismo.
Su gran promoción y la factoría Disney sosteniéndolo complican su fracaso en taquilla aunque ya es el momento de buscar guiones originales creativos y evitar remakes y secuelas innecesarias.
No aporta nada nuevo y desde luego no aprovecha el 3D como debiera pero quizás pueda servir para pasar una tarde en el cine comiendo unas palomitas con el novio/a sin la preocupación de perder algo interesante si la cita va por buen camino.
José Daniel Díaz
A pesar de que no tengo mucho tiempo hoy he decidido visitar algunos de los blogs con los que tengo el gusto de compartir cartel en la comunidad Sensacine.
ResponderEliminarLo que dices es lo que le pasa basicamente a casi todas las peliculas que quieren aprovechar nuestra vena nostalgica.
Yo por mi parte pecare, y picare porque tengo muy buenos recuerdos de la antigua y me quiero desengañar por mi mismo