Esta semana saltó la noticia bomba. Sup... perdón, el hombre de acero y Bat... perdón, el caballero oscuro, aparecerán juntos en la próxima entrega de "Man of Steel". Tras el anuncio surgieron opiniones para todos los gustos y no todas positivas. Nosotros, en concreto, renegamos de esta unión que podría echar por tierra todo el buen trabajo realizado con el hombre murciélago.
Son varios los motivos por los que nos enfrentamos a esta reunión. En primer lugar, el pobre y aburrido relato que trajo la primera parte no presagia nada bueno para la segunda. Su convencional historia defraudó a más de uno y lamentamos que se utilice un superhéroe de éxito para animar a los defraudados espectadores a acudir de nuevo a las salas.
En segundo lugar, o mucho me equivoco, o no será Christian Bale quien protagonice el papel de Batman lo que hará muy complicado que nos creamos a cualquier otro actor. Si a ello le sumamos al insulso Henry Cavill acompañado de una Amy Adams que aún no sabemos qué pinta en todo esto, el resultado es un reparto de muy baja calidad y casi ningún interés.
En tercer lugar dudamos de la fiabilidad de su director. Ya hemos visto de lo que era capaz de hacer en la primera entrega de "El hombre de acero" y da miedo imaginar lo que se le pueda ocurrir ahora. Sólo pensar en otra hora y pico de efectos especiales sin sentido me revuelve el estómago. Y eso lo puedo permitir con un superhéroe ramplón como Superman pero no con un personaje tan oscuro y atractivo como Batman.
Finalmente es tan evidente la necesidad de exprimir lo que funciona en taquilla, que el descalabro puede ser de proporciones inimaginables. Ojalá me equivoque, por el bien de ese caballero oscuro que me revolvió algo por dentro en la inigualable trilogía que dirigió Cristopher Nolan.
José Daniel Díaz.
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