lunes, 29 de agosto de 2016

Crítica: "Kubo y las dos cuerdas mágicas"

Una pequeña gran joya de la animación se ha dejado ver por la cartelera española. Alejada de los habituales blockbusters, su hermosa historia sólo es comparable al enorme trabajo técnico que destila cada fotograma. "Kubo y las dos cuerdas mágicas" de Travis Knight es aventura, emoción y entretenimiento. Puro cine.


La factoría Laika, responsable de "Los mundos de Coraline" ó "Los boxtrolls", posiblemente haya completado su mejor proyecto. Este cuento, que mezcla acertadamente fantasía y tradición oriental, nos presenta a Kubo, un joven que cuenta con una guitarra mágica con la que hace disfrutar a sus vecinos y paisanos. Su madre apenas sale de un encierro tanto físico como mental, producto de un acontecimiento ocurrido muchos años atrás. De repente, ese pasado aterrador regresa para capturar a Kubo y éste tendrá que buscar la mítica armadura de su padre para vencer el mal que les acecha.



Lo primero que sorprende es la gran fuerza visual del film. Se nota un trabajo técnico detrás de muchos quilates. Cada escena es un auténtico regalo para los sentidos lleno de colores vivos y de escenarios apasionantes. Rápidamente dirigimos nuestra atención a Kubo, un chico divertido que atesora un gran corazón. Mientras narra una bella historia dando vida a pequeñas hojas de papel, el espectador siente que está viviendo algo especial.

A partir de un gran inicio, las aventuras se suceden con destellos de humor que desembocan en un emocionante final que traspasa la pantalla para encoger nuestro corazón. La inocencia y humanidad de los personajes nos ayudan a empatizar y embarcarnos en su viaje. Curiosamente el mal busca la perfección, el infinito, la inmortalidad. Valores que muchos firmarían pero no todos compartimos. Al otro lado está la imperfección y la mortalidad pero también la amistad, la generosidad y el amor. 

Es posible que su público sea algo más adulto al habitual de estas cintas, pero es cierto que este género ha traspasado los límites de la edad. Niños y mayores disfrutan con lo que antiguamente se llamaba "dibujos animados" y ahora ha madurado hasta catalogarse como "animación". "Kubo y las dos cuerdas mágicas" está especialmente dirigida a los que ya no son tan jóvenes pero siguen soñando cuentos e historias.

Gracias a Sensacine por invitarnos a tan mágico preestreno.



José Daniel Díaz

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