domingo, 18 de diciembre de 2016

OPINION: Directoras de cine, un objetivo al alcance de muy pocas

Si algo pone de manifiesto las nominaciones de los Premios Goya, es la escasa relevancia de las mujeres en las categorías de dirección. Aunque en 2016 vivimos un pequeño espejismo con Paula Ortiz, Isabel Coixet y Leticia Dolera, los galardones que se entregarán en 2017 nos han devuelto a la cruda realidad. El papel de la mujer como máxima responsable artística en una película es más bien escaso.


Tan sólo una se ha colado en las candidaturas de dirección, en concreto en el de Novel. Se trata de Nely Reguera que gracias al fantástico trabajo que realiza en "María (y los demás)" ha conseguido ser la excepción que cumple la regla. Han saltado voces que han reclamado otros nombres como el de Icíar Bollaín por "El olivo" ó Marina Seresesky por "La puerta abierta" pero lo cierto es que al final no deja de ser una cuestión estadística.


Este año se presentaron 105 candidatos a mejor dirección de los cuales sólo un 12% se correspondían a directoras, incluyendo algunas que codirigían con un hombre como en el caso de "La próxima piel". El dato mejora ligeramente en la categoría enfocada a óperas primas donde un 20% de los 50 candidatos se correspondían con mujeres. Por tanto hablamos de una media del 16% de trabajos dirigidos por realizadoras; lo que supone un 84% de trabajos dirigidos por hombres.

Al final los Goya no dejan de ser un reflejo de lo que ocurre en la Industria y la realidad es que muy pocas mujeres alcanzan el objetivo de dirigir una película. Probablemente el porcentaje de mujeres que intentan ser directoras sea inferior al de hombres, pero habría que saber si es tan reducido como el 16% que se refleja en la producción de 2016. Por tanto, ¿podemos hablar de machismo dentro del cine español?

Aunque pueda sonar fuerte, es posible que nuestro cine peque de machismo. Quizás un machismo solapado, políticamente correcto y, por tanto, más difícil de erradicar. Lo que podríamos llamar el machismo de "puertas adentro". Sin embargo, llama la atención cómo el sexismo se aplica en función de la categoría. Por ejemplo, este año en vestuario tres mujeres copan las cuatro nominaciones mientras que en maquillaje en todos los candidatos hay, al menos, una mujer. Algo que cambia si revisamos sonido ó efectos especiales donde el aforo es claramente masculino.


Por tanto, quizás el debate deba ser más profundo y tenga mucho que ver también con la educación que hemos recibido desde la infancia. Según lo que tengamos entre las piernas rápidamente se nos asigna un serie de roles a seguir que derivan en situaciones como las ya comentadas. Y yo me pregunto, ¿algún día cambiaremos rosas y azules por colores más neutros?

A las mujeres que consiguen sacar adelante una película no les falta talento así que, por favor, que la Industria haga autocrítica y revise esta situación. El cine siempre ha sido precursor del cambio social y la modernidad y aquí hay un buen camino por recorrer. No se trata de cuotas, se trata de justicia.

José Daniel Díaz

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