viernes, 16 de noviembre de 2018

Valeria Golino presenta la esperada "Euforia" y "Beast" triunfa en el Festival de cine de Sevilla 2018

Uno de los rostros más esperados de este Festival de Sevilla era el de Valeria Golino, actriz recordada por sus papeles en "Rain Man" ó "Four Rooms" entre otras y que recibía premio honorífico. Tras su paso por Cannes, ahora presentaba fuera de concurso "Euforia", un film que  no nos ha convencido.


También esta jornada hemos visionado otras películas muy esperadas como "Touch me not" o el "El desentierro" y la estupenda "Beast".

Dentro de la Sección Oficial fuera de concurso, se presentó "Euforia" de la ahora directora Valeria Golino cuya opera prima fue "Miel" en 2013. Aquí narra la historia de Ettore, interpretado por el actor Valerio Mastandrea, que no sabe que sufre de un agresivo tumor cerebral y al lado su hermano, Ricardo Scamarcio, quien le oculta la verdad a él y a toda su familia. Dos hermanos muy diferentes, uno conductor de metro, el otro sin problemas económicos, y con vida muy holgada pero con secretos como su bisexualidad ó sus adicciones.


Lo mejor de la película son las conversaciones entre los hermanos, de caracteres completamente opuestos, los maravillosos planos de la arquitectura de Roma y los momentos de humor que se agradecen. Lo peor es que le sobran 20 minutos y muchas historias secundarias tienen una mala resolución. La narrativa es pobre y descubrimos escenas repetitivas que no conducen a ningún sitio. Se mueve entre la tristeza y la ternura pero es sensiblería melodramática.

El día empezó en  la Sección Oficial con la muy esperada "Touch me not", la mejor película y mejor opera prima de la última edición del Festival de Berlín. Sin aclarar nunca si es ficción o documental, y protagonizado por una mujer en la cincuentena con un marido o padre, la película nunca se preocupa por aclararlo. 

Enfermo en un hospital, su nombre es Laura, incapaz de dejarse tocar y de disfrutar del sexo. Así que decide explorar y arrancar una exploración de sus límites corporales. Para ello contrata a distintos terapeutas, (un joven al que paga por masturbarse en su propia cama mientras ella lo contempla, un hombre disfrazado de mujer y un explorador físico que intentará forzar sus limites de tolerancia al roce, su rabia).


En un momento determinado llegamos a conocer a la directora Adina Pintilie quien al principio mira por el objetivo de la cámara, pero más tarde cambia de lado, y aborda ella también sus problemas íntimos. Y junto a todo ello, vemos un grupo de terapia de roce y exploración física pensada para rehabilitar a quienes no tienen control de su propio cuerpo. Con discapacitados físicos, con singulares relaciones entre un tetrapléjico y otro obsesionado con su antigua pareja. 

En ese espacio donde solo hay un color, el blanco, reaccionamos antes sus deformaciones y su forma de hablar, de practicar, entender y disfrutar del sexo con planos explícitos, a pesar de su atrofia en la espina dorsal. Es ahí donde enfrenta al espectador a su propio cuerpo, a la intimidad de los otros, máscaras que tapan nuestras heridas. 

La película tiene muchas capas, a veces es incómoda la experiencia emocional que nos hace sentir. Dicho todo esto, a mi pareció desagradable, larga, y a ratos aburrida. Te aturde. Y sobre todo ¿está justificada toda la polémica sobre esta película? lo que sí que está claro es que no te deja indiferente, no la olvidas, y eso que habla de la desnudez y de la sencillez.

La segunda película de la Sección Oficial fue el documental "La ciudad oculta". Su director Víctor Moreno nos lleva y nos conduce por el subsuelo de la ciudad, y la cámara sin ningún guion, casi sin diálogos, nos lleva por galerías, túneles, tuberías, alcantarillas, redes de transportes, estaciones subterráneas, una cámara que no deja de moverse en una sinfonía de luces, sonidos, ruidos, planos imposibles. Es curiosa y se deja ver.


Lo mejor del día ha sido el poderoso y oscuro cuento de hadas para adultos que es "Beast", debut en el largometraje del director Michael Pearce. Un film independiente, de corte dramático,  con una asfixiante historia y una premisa muy sencilla. 

En una salvaje región costera inglesa la joven Moll es la oveja negra de la familia. Empieza una relación con Pascal, un cazador furtivo y forastero, pero el pueblo y la policía creen que es un un asesino en serie. Una sospecha que irá a más. Se mezcla con habilidad varios géneros como el thiriller psicologico, el terror, el romance y el suspense. Lo mejor todo es el primer acto que recuerda de alguna manera a Stoker . 


Digna del festival de Sitges, es una muy interesante propuesta que dejará al espectador con algunas cuestiones de doble filo y con un respetable final. Recomendable.

Y terminamos con "El desentierro", la opera prima de Nacho Ruipérez. Un thriller que nos lleva a la cruda realidad criminal de una zona rural del levante español. Arrozales y ruta del bacalao como paisaje para mezclar drogas, prostitución y corrupción política. Las primeras imágenes muestran la sospechosa muerte de un poderoso político y la relación de su hijo Diego con Jordi, un primo que emigró a Argentina en la adolescencia. 

El lastre son las tramas paralelas que, aunque intercomunicadas entre sí, suceden en dos momentos temporales diferentes. Esto hace que suframos un abuso del flashback (abundantes y demasiado largos). Afecta al ritmo de la película ya que la trama del pasado lastra el ritmo y no termina de adecuar el salto entre las épocas. 


Sin la suficiente garra en su maraña de intrigas, es un cruce entre "La isla mínima", "Crematorio"  o la primera temporada de "True Detective". Con todo se deja ver gracias a una historia verosímil del género negro, con dos jóvenes corrientes que tienen poco de tipo duro. Una cinta sin intenciones épicas, que se deja disfrutar sin problemas. Perfecta la ambientación y el elenco de actores encabezados por Leonardo Sbaraglia, Jan Cornet y Michel Noher.

José Antonio Díaz
@Jose_A_Diaz_Do
Festival de Sevilla 2018

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