miércoles, 30 de julio de 2008

Crítica: "Voces inocentes"

La guerra a través de la mirada de un niño. Este recurso se ha empleado a menudo dentro del cine pero pocas veces de forma tan cruda y realista como lo plantea esta película de Luis Mandoki.
El Salvador, 12 años de guerra civil, miles de muertos, una pesadilla para los campesinos. En ese escenario "El chava" (interpretado magistralmente por el niño Carlos Padilla) intentará cumplir sus sueños, disfrutar de la vida de cualquier chico de 11 años: su primer amor, las gamberradas con los amigos, su ilusion por ser autobusero....
Pero la violencia y la guerra no son buenas compañeras, no conocen la palabra jugar. A la temprana edad de 12 años son reclutados por los militares para luchar contra el frente revolucionario que se encuentra escondido en las montañas. Nuestro protagonista vive el miedo a cumplir esa edad, miedo a coger un arma, miedo a disparar a alguien.
Y pese a todo un niño no se esconde, no deja de buscar todo lo que desea vivir. La amargura de los mayores le inquieta, es conocedor que, tras la marcha de su padre, él es ahora "el hombre de la casa" y debe cuidar de su madre y sus dos hermanos. Esa responsabilidad asusta pero no ahoga. Porque un niño sabe ver lo bueno de la vida, sabe encontrar los resquicios para disfrutar ya sea imaginando conducir un autobus ó escuchando en una radio sus canciones favoritas.
Sólo al final, cuando la guerra llega al límite, vemos odio en la mirada inocente de "El Chava"; en ese momento el espectador comprende que ha dejado de ser un niño.
Grandes interpretaciones, buena dirección y bonita historia la que nos enseña "Voces inocentes".
José Daniel Díaz

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Fila EFE