Tras su paso por Cannes y San Sebastian le tocaba el turno a Madrid de la mano del Festival Vivamerica. Con la presencia de Pablo Trapero la sala Iberia de la Casa de América fue el lugar elegido para s proyección al público. Una sala pequeña pero a rebosar que disfrutó de la película argentina.
La historia cuenta la experiencia de una chica acusada de asesinato que da a luz un niño en la cárcel. Es internada en una cárcel de madres donde vivirá situaciones de amistad y cariño por un lado y dolor e impotencia por otro.
La sensación cuando acaba la película es de satisfacción; satisfacción por el entretenimiento, por el poso de buen cine que te queda en el paladar, por ver que Argentina empieza a hacer otro cine. La dirección, pese a ser muy complicada por el gran número de extras y personas de la calle que participaban, sabe a realidad. La cámara siempre está situada donde el plano lo pide, no deja detalles, no oculta información. Pablo tiene mucho futuro por delante y mucho talento que regalar aún.
Martina Gusman, la actriz principal, alterna grandes momentos con otros que te dejan un poco frio. El papel era un auténtico regalo, un personaje de los que se premian en todos los Festivales porque te obliga a mostrar alegría, tristeza, dolor, rabia, amor, desprecio, sensibilidad, inocencia.... Y sin embargo parece que podía haber dado aún más. Quizás su labor como productora ejecutiva de la película no la dejara entregarse a su personaje como debería.
Y posiblemente lo más flojo entre tanto bueno sea el guión. Y no porque el libreto sea malo; todo lo contrario. Su defecto es que en ocasiones la historia es muy densa y lenta y en otros todo va muy rápido. Lo que sí hay que agradecer es el retrato de personajes que realiza. Todos son creíbles, todos reaccionan ante las situaciones con sentido, con humanidad. No son héroes ni villanos; son personas con sentimientos enfrentados, con la inmensa necesidad de querer y ser queridos. El miedo a la soledad se hace fuerte y cada persona reacciona con sus armas para enfrentarse a ella.
Aconsejable para todos aquéllos que busquen "otra cosa" cuando van al cine; entretenimiento y algo más. Una historia para debatir y disfrutar.
José Daniel Díaz
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