jueves, 3 de noviembre de 2011

Crítica: "Verbo"

Tras dos años de espera, por fín llega a las pantallas españolas el primer largometraje de Eduardo Chapero-Jackson. "Verbo" es un cuento sobre la búsqueda de la identidad personal y la propia aceptación. La debutante Alba García acompañada de Miguel Angel Silvestre, Verónica Echegui, Víctor Clavijo, Macarena Gómez y Najwa Nimri forman el elenco interpretativo que a golpe de rima soportan esta atrevida fábula.

Chapero-Jackson se ganó un nombre gracias a sus cortos "Alumbramiento", "A contracuerpo" y "The end". Bajo el nombre de "A contraluz", esa trilogía mostraba situaciones límites que debía soportar el ser humano. Su estilo, siempre lleno de metáforas, era previsible que se reconociera en "Verbo".

A través del hip hop, los graffitis, los skates y las rimas, Sara (Alba García), busca encontrarse a sí misma, seguir un camino que la reconcilie con el mundo que le ha tocado vivir. Ni sus padres, ni el instituto ni tan siquiera sus amigos comprenden el mundo interior que esconde en su cuerpo de 15 años. Unos extraños personajes liderados por un hombre que responde al nombre de Líriko aparecerán para ayudarla a encontrarse y prepararla para afrontar la vida.

Son muchos los mensajes y detalles que se reconocen en "Verbo". La primera y fundamental es la dificultad de los jóvenes por encontrar su sitio. En ese sentido la crítica al sistema educativo es evidente. Un profesor totalmente desmotivado se limita a dejar pasar los días mientras las lecturas de El Quijote se suceden. Sin ningún ánimo por motivar a sus alumnos el vacío que despierta en ellos resulta peligroso.

Los padres tampoco salen bien parados. Su dedicación al trabajo les impide dedicar tiempo a su hija. No se paran a escucharla y despiertan cada mañana ajenos a los problemas de una adolescente desubicada. El panorama es lamentable y fiel reflejo de una sociedad carente de valores y estímulos.

La única forma de evadirse es seguir las frases en forma de graffiti que dibuja Líriko. Sólo él la puede salvar del abismo. Toda esta crítica se difumina en una obsesión ridícula por utilizar la rima como método de comunicación. Las conversaciones pierden fuerza al alternar animación, imágenes al más puro estilo videoclip y canciones de hip hop con asuntos de vital importancia.

Eduardo Chapero Jackson se atreve con algo distinto. Quien diga que el cine español es más de lo mismo, aquí tiene una buena muestra de creatividad, ingenio y savia nueva. Un guión valiente que a buen seguro tendrá tantos defensores como detractores; un mensaje lleno de buenas intenciones que comparto en gran medida. Su puesta en escena, vestuario, maquillaje y efectos especiales superan la media nacional.

Me reconozco en los valores de "Verbo", disfruto con la trama, conecto con sus intenciones y pese a sus defectos la enmarco dentro de las películas españolas más importantes del año. Director no apto para corazones tradicionales, arriesga con talento y vuelve a demostrar que será alguien a tener en cuenta en próximos trabajos. De momento disfrutemos de "Verbo".

José Daniel Díaz

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