Todos sabemos que buena parte del éxito de un musical nace de su banda sonora. "Amanece en Edimburgo" elige bien; la música de The Proclaimers va como "anillo al dedo" a este musical de Dexter Fletcher. Basada en una obra teatral de gran éxito, su salto a la gran pantalla sólo se puede definir como gran acierto y éxito asegurado.
Ally y Avy son dos amigos que acaban de regresar de la guerra de Afganistán. Se reencuentran con el amor y con la familia pero pronto los problemas empezarán a aflorar. Mientras uno busca afianzar la relación con su novia, el otro comienza una bonita y complicada relación con una amiga de su hermana. La música se convierte en el único aliado para arreglar las cosas.
Se puede decir que este musical cumple con todos los tópicos del género. Y eso es bueno, porque recibimos lo que esperamos. No falta el amor, la música, la amistad, las emociones y, sobre todo, la alegría y el "buen rollo". Es inevitable salir del cine canturreando alguno de los temas del mítico grupo escocés, con una sonrisa en la cara y con las pilas cargadas.
"Mamma mía" ó "Grease" son claros referentes para "Amanece en Edimburgo". Bien interpretada, bien dirigida y con unas coreografías más que aceptables, es difícil no rendirse a una historia que saca el lado más positivo de los acontecimientos. No existen trasfondos emocionales oscuros, los personajes se ofrecen inocentes y llenos de buenas intenciones lo que ayuda a evadirnos de una realidad compleja y llena de baches.
Dexter Fletcher, director de la película, es más conocido por su labor actoral. Títulos como "Kick-Ass" ó "Lock & Stock" son un ejemplo de su amplio bagaje interpretativo. Probablemente su experiencia haya ayudado a sacar el mejor partido a unos intérpretes jóvenes noveles y desconocidos. Esa mezcla de actores adolescentes y maduros vuelve a ser un acierto pues permite la posibilidad de "llegar" a todo tipo de público y, sobre todo, vivir con más fuerza alguna de las relaciones que se relatan.
Por tanto, nos rendimos ante este musical entretenido, divertido e inocente, que nos hace vibrar tanto con las canciones (que conectan perfectamente con la historia) como con la propia trama. Magnífica recomendación para los que disfrutéis con este género.
José Daniel Díaz
Se puede decir que este musical cumple con todos los tópicos del género. Y eso es bueno, porque recibimos lo que esperamos. No falta el amor, la música, la amistad, las emociones y, sobre todo, la alegría y el "buen rollo". Es inevitable salir del cine canturreando alguno de los temas del mítico grupo escocés, con una sonrisa en la cara y con las pilas cargadas.
"Mamma mía" ó "Grease" son claros referentes para "Amanece en Edimburgo". Bien interpretada, bien dirigida y con unas coreografías más que aceptables, es difícil no rendirse a una historia que saca el lado más positivo de los acontecimientos. No existen trasfondos emocionales oscuros, los personajes se ofrecen inocentes y llenos de buenas intenciones lo que ayuda a evadirnos de una realidad compleja y llena de baches.
Dexter Fletcher, director de la película, es más conocido por su labor actoral. Títulos como "Kick-Ass" ó "Lock & Stock" son un ejemplo de su amplio bagaje interpretativo. Probablemente su experiencia haya ayudado a sacar el mejor partido a unos intérpretes jóvenes noveles y desconocidos. Esa mezcla de actores adolescentes y maduros vuelve a ser un acierto pues permite la posibilidad de "llegar" a todo tipo de público y, sobre todo, vivir con más fuerza alguna de las relaciones que se relatan.
Por tanto, nos rendimos ante este musical entretenido, divertido e inocente, que nos hace vibrar tanto con las canciones (que conectan perfectamente con la historia) como con la propia trama. Magnífica recomendación para los que disfrutéis con este género.
José Daniel Díaz
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