viernes, 15 de mayo de 2015

Crítica: "Cautivos"

Atom Egoyan es uno de esos directores de culto venidos a menos. Casi por inercia sus películas son seleccionadas en Festivales, más por lo que fue que por lo que es. Posiblemente su nivel fuera tan alto, que mantenerlo se antojó imposible. El caso es que "Cautivos", aún siendo una película más que aceptable, tiene defectos evidentes.


Nacido en Egipto y de origen armenio, Atom Egoyan llegó a la cima con su doble nominación al Oscar en 1997 por "El dulce porvenir". Tiempos pasados que parece difícil que vuelvan, sobre todo teniendo en cuenta sus últimos trabajos: "Chloe" y "Condenados". Ahora "Cautivos" se enreda en el thriller de intriga con la desaparición de una inocente niña.

Usando como recurso los continuos saltos temporales, la película pretende trasladar el suspense al pasado más que al presente. Desde el principio sabemos dónde y cómo se encuentran todos los protagonistas pero, en cambio, desconocemos cómo llegaron a esa situación. La niña sigue en manos de su captor, los padres viven distanciados el uno del otro desde el fatal suceso y la policía sigue dándole vueltas a un caso que parece lejos de resolverse.

Aunque soy favorable al uso de distintas épocas para afianzar conceptos, en este caso Atom Egoyan abusa de este recurso. Me parece incompresible dar saltos de apenas un año en lugar de seguir la línea temporal habitual porque lo único que consigue es despistar al espectador e incomodar el correcto transcurso de los acontecimientos.

Como padre taciturno y depresivo nos encontramos con un correcto Ryan Reynolds. Si ya en "La dama de oro" acertaba en su recreación del abogado correcto y educado, ahora como progenitor desesperado mantiene un complicado estado emocional del personaje. Le acompaña Mireille Enos, una actriz poco conocida en nuestro país pero que ya trabajó con el director en "Condenados". Como policía destacamos a Rosario Dawson, americana de familia cubana y puertoriqueña muy poco valorada entre la crítica pero que siempre recordaremos por su maravilloso papel en "Siete almas".


Cabe señalar que la idea de la película es buena y que, pese a tener muchas intermitencias, sabe recuperar el ritmo de la película con grandes secuencias. El oficio de Atom Egoyan se demuestra en algunos planos de maestro y un guión solvente pese a sus defectos de forma.

Opción interesante para los seguidores del mítico director que seguirán esperando el retorno triunfal. Pasito a pasito quizás lo consiga.



José Daniel Díaz

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