lunes, 11 de noviembre de 2019

Elia Suleiman con "De repente, el paraíso" acapara el interés en esta jornada del Festival de Sevilla

La segunda película de la Sección Oficial es "De repente, el paraíso" del director Elia Suleiman, actor, guionista palestino, con ciudadanía israelita. Algunos de sus trabajos más conocidos son "Divine Intevention" y "The Time That Remains". En las primera imágenes de la película vemos a Suleiman que observa cómo su vecino le roba los limones y, cada día, se aprovecha más, talando los arboles y cultivando la tierra, una situación paradójica de por si. Eso sienta las bases de todo lo que vamos a ver continuación, los dobles sentidos. Lo siguiente es lo que hace muchos palestinos irse del país, como director, tiene el privilegio de ir y volver, y no tener que exiliarse.


Antes de seguir, decir que el director casi no habla en todo el metraje. Es como un cruce imposible de Buster Keaton, Jacques Tati y Roy Andersson. En la búsqueda de financiación de su nueva película viaja a un París siniestramente vacío de personas donde lo único que encuentra son trabajadores de la limpieza negros, burocracia policial y presencia militar. Contiene situaciones surrealistas como cuando habla sobre su nuevo guion con un productor francés y éste le comenta que no es lo suficientemente palestina. 

A continuación decide irse a Nueva York donde a través de su mirada y a donde quiera que mire, ve personas armadas o un encuentro genial con el actor Gabriel García-Bernal. Los absurdos y los gags visuales reflejo del mundo en su ridiculez, crueldad y contradicciones, fruto de la contemplación libre, sagaz y efectiva. Una odisea llena de observaciones muy interesantes rodada con elegancia y, sobre todo, su película más divertida y más accesible que ha hecho hasta ahora.


Nos vamos al documental en la Sección Las Nuevas Olas con "La mafia ya no es lo que era" y la verdad me ha decepcionado; seguramente por las grandes expectativas que me había generado con comentarios que hablaban de carcajadas y que se quedan en algunas sonrisas. Además había ganado el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia y todavía no entiendo el porqué. 

Su director es Franco Maresco, no digo que no sea provocador. Debo decir que no he visto la primera parte ("Una historia siciliana") pero el tono de entrevistas al estilo típicamente metafísico no me convence, con unos personajes totalmente surrealistas, vulgares y muy risibles. El motivo principal es organizar un concierto a favor de los asesinados por la mafia en un barrio de Palermo, con cambios a blanco y negro, sin interés y repetitiva.


Un documental que necesitaría investigar si es todo una parodia grotesca, patética, insensible e histriónica. En fin, que no me ha gustado y sus 105 minutos me parecieron una eternidad.

Y para alegrarnos el final del primer día del festival nos encontramos con una película homenaje a la vida suburbana inglesa: "Days of the Bagnold Summer" del director Simon Bird. Adapta la novela gráfica de Jof Winterhart, en una opera prima con una banda sonora original muy potente. Nos lleva hasta Daniel, un adolescente con negro atuendo, apatía total, pelo desaliñado y con el death metal como religión. Vive con su madre Sue, una aburrida bibliotecaria, con una monotonía en su día día apabullante, con un marido y padre que los abandonó a los dos esperando un verano de total aburrimiento. 


Con un tono que encuentra un perfecto equilibrio entre la excentricidad y la abundancia se añaden diálogos ácidos e irónicos, a la vez con un tono extravagante y conmovedor ayudados por las fantásticas interpretaciones de los protagonistas. Dolan está sensacional en el papel de madre escrupulosa que ha aceptado su destino en la vida, y su hijo Cave le da magnifica réplica, con esa sensación constante de duda que acompaña a todo joven en su camino a la madurez. Y su gran enojo cuando se cancelan los planes de visitar a su padre a los Estados Unidos, a ver a su hermanastra.

Por reseñar algún defecto, podría haberse despojado definitivamente del drama, y que en algunos diálogos se hubieran impregnado de otro tono mucho mas impertinente, máxime siendo una opera prima. Se deja ver.

José Antonio Díaz Domínguez
@Jose_A_Diaz_DoFestival de Sevilla 2019

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