Se mantiene el gran nivel del día anterior en el Festival de Sevilla con títulos tan interesantes como "La hija eterna" con una maravillosa Tilda Swinton o la francesa "Rodeo", opera prima de Lola Quivoron que nos adentra en el desconocido mundo del motocross.
Después del magnífico día de ayer, incluida la gastronomía, hoy en el primer sábado del Festival empezamos con una película francesa "Rodeo" que nos cuenta la historia de Julia, una joven inadaptada, sale adelante con sus pequeños trapicheos y tiene una pasión voraz, casi animal, por el motociclismo. Un día de verano, conocerá a una pandilla de moteros aficionados al motocross sobre asfalto, una moda que consiste en conducir a toda velocidad y realizar figuras acrobáticas con la moto, casi siempre sin casco. La protagonista se infiltró en este universo clandestino, formado principalmente por chicos jóvenes. Hasta que un accidente pone en riesgo su posición en la pandilla.
Su directora Lola Quivoron realizó previamente un minilargometraje documental "Headshot: Roulette Russe" (2020), codirigido con Antonia Buresi, quien regresa aquí como coguionista y actriz; también ha realizado varios cortometrajes, incluido "Au loin, Baltimore", de 2016 , cuyo tema de motocross cobra todo su recorrido aquí.
El tema central en un mundo muy masculino donde la mayoría de los chicos presentes son hostiles a una mujer sobre ruedas. El nombre que da título a la película es una competencia ilegal de motocross en la que jóvenes fanáticos de las bicicletas hacen acrobacias increíbles, filmadas dinámicamente en una pantalla panorámica inquieta por Raphael Vandenbussche. Y otro acierto que logra un gran efecto es reclutar a los jóvenes no profesionales de la película, quienes, además de sus fuertes personajes en pantalla, convencen con soltura.
La escena inicial nos enseña el camino, Julia llega a una casa en las afueras para comprar una motocicleta que encontró. Le encanta lo que ve, y claramente sabe lo que hace, se da cuenta de los detalles minuciosos de la moto, y está igualmente versada en información como los detalles del motor "Nací con una bicicleta entre las piernas" le dice al vendedor. Visualmente es muy atractiva, la cámara de la directora capta de forma experta la energía y la emoción que conlleva montar una moto. Es frenético, privilegiado, primeros planos, y encuadres apretados, La cámara tiene una sensación de urgencia real pero también de impaciencia.
El guion es muy efectivo, no hace lo suficiente para realmente saber quién es Julia, un personaje complicado, que es rápido de manipular y más rápido para actuar violentamente. Es intensa pero a veces se siente vacía. Para ser un debut, una ópera prima, el metraje es tranquilizadoramente confiada, deprimiéndose y ensuciándose en un mundo de grasa y gas sin fetichizarlo o romantizarlo demasiado.
Como tarjeta de visita, pasa con nota alta, combinando el realismo y la acción, la energía de las películas B, y a reseñar también su banda sonora.
La segunda película del día es "La hija eterna". Una mujer y su anciana madre deben enfrentarse a secretos enterrados hace mucho tiempo cuando regresan a su antigua casa familiar, una antigua gran mansión que se ha convertido en un hotel casi vacío lleno de misterio.
No hay suficientes películas de terror modernas interesadas en crear vibraciones espeluznantes. Cuando buscas en la viejas películas de terror de Hollywood como "Drácula", su tono logrado como respuesta a la tecnología de la época. La trama de la película avanza igual que su planteamiento, envuelta en una espesa niebla, una atmósfera absorbente que rodea el exterior del edificio, pero también el carácter de los personajes.
Filmada en un formato muy atractivo, como una vieja película de los 70, música a lo Alfred Hitchcock, y un aire a "El Resplandor". La historia está contada con pocos personajes, una sola localización, te acomoda pero también te incomoda, y a través de Julie sigues sus movimientos, ella es la portadora de la historia, la que conoce o desconoce lo que se filtra en ese hotel que en tiempos pasados fue el hogar de su madre, y la historia de sus paredes. Una serie de incógnitas, con elementos atrayentes, que despiertan el interés, un ambiente intranquilo, como una película de suspense.
Tengo que decir que los anteriores trabajos de Joanna Hogg, me habían gustado, para empezar en esta hay un cambio de registro respecto a "Souvenirs". Estamos de lleno en el terreno de lo irreal, jugueteando con el terror, pero finalmente prescindiendo de él, quedándose en la atmósfera. Y con un misterio que finalmente se resolverá de la forma más simple, porque todo queda explicado en un solo plano, unos diálogos en rigurosos y remarcados plano-contraplano y noches sin dormir por lo inquietante del entorno, con pequeños acontecimientos que se repiten día a día mostrando con un casi perfecto minimalismo, que es el sello estilístico de esta película.
Tilda Swinton, es una maravilla al jugar contra sí misma, olvidas por completo que los personajes están siendo interpretados por la misma persona. Y aparte de un momento crítico, Hogg solo filma a las dos Swinton en plano inverso en lugar de usar trucos para colocarlos juntos al cuadro. A reseñar el director de fotografía Ed Rutherford, y el diseñador de producción Stephane Collonge, hacen que la cámara suaviza todo como una fotografía antigua: fuentes de iluminación ocasionales de bajo perfil cubren el noventa por ciento de un cuadro determinado en la oscuridad, La cámara estacionaria y el énfasis en los pasillos vacíos, los espacios grandes, una noche espeluznante de octubre crean un auténtico ambiente en el que solo quieres entrar para poder vivir en todo su entorno.
Si le gusta una historia sobrenatural entre lágrimas, con un toque gótico victoriano, y con resonancias del mundo real, con un toque femenino sin disculpas, vestidas con bufandas de gran tamaño, abrigos elegantes y vestidos con estampados geométricos más el imponente hotel majestuoso en la remota campiña galesa en una noche especialmente brumosa, los faros tenues que atraviesan la noche, una aparición tenue pero espeluznante en la ventana, vientos aulladores, sonidos arquitectónicos con ratos de cenas tranquilas y si música, que culmina en una celebración de cumpleaños sobria y desgarradoramente llena de acontecimientos... Esta es su película.
Al igual que en las mejores góticas clásicas de fantasma, esta película te deja inquieto e inseguro de lo que realmente está sucediendo. Incluso cuando la niebla se levanta y sale el sol, la claridad total sigue siendo difícil de alcanzar.
La tercera película del segundo día del festival es "Matadero". Un cineasta americano llega a la pampa argentina para rodar 'Matadero': una fábula fundacional sobre la lucha de clases entre un grupo de trabajadores asesinados por sus jefes. Es 1974: la violenta persecución de la izquierda acaba de empezar en Argentina y los actores jóvenes del rodaje están al borde de saltar a la militancia clandestina.
Su director Santiago Fillol consigue combinar la paz que transmite un film pausado -escasos diálogos- escenas de poco movimiento, planos largos de paisajes y sonido ambiente sin música de fondo- con la incomodidad de la violencia. Por otro lado, el guion no es fácil de seguir, puede que nos enteremos de lo que ocurre, es decir, de la sucesión de planos como tal, pero cuenta entender los motivos de aquello que vemos.
Pero la premisa es fantástica, en los primeros minutos del metraje, frente a una multitud que grita "Asesinos" en la puerta de la sala del cine, se va a proyectar por primera vez el film Matadero, hecho por un director hippie estadounidense, inédita desde entonces. Vendida al productor original, como proyecto de western clase B, en realidad era una versión psicotrónica del clásico de Esteban Echevarría en el que los peones rebeldes no se comen el ganado de los patrones, sino que devoran a los patrones. Pero la producción pierde el dinero antes de tiempo y el director la termina en la casa familiar, en 16 mm. por auténticos obreros de un matadero- recuerda a ciertos momentos a "La película del Rey" de Carlos Sorin.
El detalle de estar hablada mitad en castellano y mitad en inglés aporta credibilidad además de ambiciosa, con ideas y con ganas de construir un relato sofisticado. Conviven momentos brillantes con otros que son tan antiguos como el cine moderno de hace cuarenta años. Se ha hecho un esfuerzo para llegar a un resultado por debajo de lo que podría haber sido, una reflexión sobre la política argentina de la década de los setenta. La fotografía y varias decisiones estéticas nos invitan a ser más exigentes como el resto del material.
La incomodidad de la película de Fillol es programática. ¿Qué significa una película así en nuestro tiempo? De entrada, el director aclara el desenlace. "Los peones terminan comiéndose el ganado, sino a los propios dueños de las vacas".
La cuarta película del día es "Una cuestión de honor". Aissa, una joven oficial de origen argelino, pierde trágicamente la vida durante un nuevo ritual de iniciación en la prestigiosa academia militar francesa de Saint-Cyr. A medida que su muerte destroza a su familia, surge la polémica sobre los planes del funeral de Aissa cuando el ejército se niega a asumir la responsabilidad. Ismael, su rebelde hermano mayor, trata de mantener unida a la familia mientras luchan por ganar justicia para Aissa.
Esta producción francesa, el drama personal de su director Rachid Hami, con un montaje emotivo pero contado de una manera poco sentimental con unos flashback mostrando momentos claves de su infancia en Argelia, un elegante guion que opta por un enfoque observacional, ya sea que estemos viendo los lamentos de una madre afligida o el canto de dos hermanos disfrutando de un karaoke en un taxi.
Los personajes son sólidos y complejos, el papel de la Madre Nina, tiene muchas capas, una mente fuerte, una figura central creíble.
Un drama muy intenso, que va avanzando. Cuando la familia se encuentra lidiando con las autoridades por su derecho a ser enterrado en un cementerio militar, a pesar de no haber caído en combate, (murió en un ritual de novatadas en el cuartel), la situación se complica aún más con la reaparición del padre separado. Y la mezcla es muy interesante, mezclar lo político con lo personal, sino en términos de interacción entre la acción en el presente y el pasado, como resultado lucha por encontrar un equilibrio.
Toda es una nota melancólica, muy bien lograda, y ese deseo de encontrar la luz en la oscuridad, y el reposo al fin del guerrero.
Hoy también se ha estrenado "Siete jereles" de Pedro G. Romero y Gonzalo García Pelayo. Siete jereles, siete, son los que vemos en esta película (continuación de "Nueve Sevillas") concebida en el contexto del Festival de Flamenco de Jerez, pero no sobre sus escenarios sino perdiéndose por las calles de la ciudad a lomos de briosos caballos, por sus barrios, sagas familiares y fiestas, tradición y modernidad.
Un documental musical que cuenta entre sus protagonistas a Dani Llamas, la Tía Juana la del Pipa, Angelita Gómez ‘La Macanita’, Dolores Agujetas, José de los Camarones, Tomasito, Diego Carrasco, MixtoLobo, Los Delinqüentes.
Dentro del proyecto 10 más 1, realizó once películas en un año, en esta se muestra con todo lujo de detalles, en todo su esplendor. Y la cámara se mueve muy elegante, con estupendos planos secuencias, en la que todo va fluyendo espontáneamente. Muy interesante.
Y aquí termina el segundo día, lleno de nuevas vivencias, de nuevas sensaciones en la pantalla grande, y sobre todo esas salas del Centro Comercial Nervión, auténtico refugio.
Jose Antonio Diaz
Festival de Sevilla 2022
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