Sin mucha promoción se estrena la nueva película de Jeff Nichols, "Bikeriders. La ley del asfalto", con guion del propio director inspirado en el libro de fotografías en blanco y negro de Danny Lion. Una mirada sincera a las bandas moteras de mediados de los 60.
Jeff Nichols es de ese grupo de directores que sabes que acabarán dando el pelotazo. Sigo de cerca su carrera porque es un realizador que no hace película mala. Me gustarán más o menos pero nunca defraudan. Y siempre me quedo con la sensación de... ¿será éste su momento? Con "Take shelter", el apocalipsis psicológico tomó una especial relevancia con un premio en Cannes que le ponía en la órbita. Y a partir de ahí, nueva participación en Cannes con "Loving" y presencia en Berlín con "Midnight Special", para mí una de sus películas más nostálgicas e interesantes. Pero ninguna me atrapó tanto como "Mud" con un Matthew McConaughey superlativo.
Y ahora, con poco ruido, presenta "Bikeriders. La ley del asfalto" que mantiene el sello Nichols. Una fotografía deliberadamente sucia, unos personajes turbios y un desarrollo dramático. A través del grupo de motoristas "Vandals", que está inspirado en los auténticos "The Chicago Outlaws" en los años 60, conocemos una realidad que va más allá de la adrenalina y la rebeldía propias de este tipo de bandas. Porque es importante conocer el entorno político, social y económico que rodeó su aparición. Se transmite perfectamente el estado de tristeza, decepción y pérdida de la época con especial énfasis a la guerra de Vietnam que tanto a afectó a la ciudadanía americana.
La trama la conocemos a través de la visión de Kathy (Jodie Comer), pareja de Benny (Austin Butler), uno de los integrantes más misteriosos y relevantes del grupo. El espectador la acompaña a través de unos años muy convulsos en una banda de machotes que destila testosterona por cada poro de su piel empezando por el líder Johnny (Tom Hardy). Sus trabajos, impecables, son ejemplo de un casting bien seleccionado. Y además hay que sumar la participación del actor fetiche de Nichols, Michael Shannon, que también tiene un pequeño pero muy relevante papel.
Si eres fan de la serie "Hijos de la Anarquía", este título cumplirá todas tus expectativas. Para el resto, las luces y sombras tendrán que ser evaluadas por cada espectador porque hay ciertos vacíos sobre los perfiles de los personajes que impiden empatizar con ellos. Como banda se traslada perfectamente los tiempos de creación, auge y caída pero a nivel individual los personajes son grandes desconocidos que nunca llegamos a descubrir.
Siempre merece la pena descubrir la nueva propuesta de Jeff Nichols mientras esperamos al título que le abra por fin la oportunidad de optar a todos los premios.
José Daniel Díaz
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