Dirigida por Ole Christian Madsen y basada en hechos reales, cuenta la historia de dos personas (Flame y Citron) integradas en un grupo revolucionario contrarios a la ocupación nazi que se inició el 9 de Abril de 1940. La sucesión de acontecimientos les enseñará que la trama política y el conflicto de intereses juegan un papel fundamental en cualquier guerra. Nunca puedes saber quién está de tu lado y quién no. Tus principios y valores pueden ser fácilmente destruidos por la desazón, la traición y el abuso de poder.
Pero esta historia no busca únicamente narrar un hecho histórico, también presenta seres humanos en situaciones complejas. Así vemos cómo Citron sufre por su familia, suda continuamente en clara muestra de tensión y miedo, está perdido y desorientado. Flame en cambio se mueve por el odio y se vuelve débil por el amor. Seres humanos con los que poder retratarnos, ni héroes ni bandidos.
Thure Lindhardt (al que vimos en “Into the wild” de Sean Penn) como “Flame” realiza un papel convincente. La evolución del personaje es constante y clara; pasa de una fuerte convicción a una duda que crece más y más hasta volver a reafirmarse en sus creencias y declarar la “guerra por su cuenta”.
“Citron” (Mads Mikkelsen al que vimos en España interpretando un papel en “Torremolinos 73”) es un personaje que rezuma a crisis. Da la sensación de buscar una paz interior que sabe que nunca alcanzará. Cuando le abandona su familia se convierte en un robot peligroso, sin nada que perder.
Por tanto parece que el cine europeo y en concreto el danés pisa fuerte en 2009 con el estreno de esta película. Sin duda una buena apuesta para abrir el apetito cinematográfico.
José Daniel Díaz
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