domingo, 3 de noviembre de 2024

"Escape" de Rodrigo Cortés, el legítimo derecho de un hombre a entrar en la cárcel que pasó por el Festival de San Sebastián

Apadrinado por Martin Scorsese, el director Rodrigo Cortés presentó en la 72 edición del Festival de San Sebastián su nueva película "Escape", un proyecto difícil de calificar que compagina el humor negro con el drama. Una propuesta surrealista y muy excesiva que a veces se confunde con la caricatura.


Desde que viviéramos el debut del director Rodrigo Cortés en Málaga con "Concursante", su trayectoria ha estado llena de altibajos. Hemos tenido títulos muy destacables como "Buried" o "El amor en su lugar" y otros más olvidables como "Luces rojas" o la propia "Escape" cuya presentación pudimos seguir en San Sebastián.

"Escape", que se estrena ahora en toda España, tiene el mérito de ser arriesgada y sutilmente crítica con ciertos aspectos de la sociedad. N, el personaje que interpreta Mario Casas, es un hombre devastado por la tragedia que necesita entrar en la cárcel para cumplir su penitencia. En un mundo absurdo como el que vivimos, no todos pueden decidir su destino de esa forma y N. no es capaz de cumplir su deseo.


Mario Casas, en un personaje que en cierta medida recuerda al que interpretó en "No matarás" con sus cascos en la cabeza y su actitud entre inocente y culpable, se siente más cómodo en las escenas más excesivas y cómicas pero algo perdido en las más dramáticas. Realmente las interpretaciones más destacables recaen en los tres secundarios de lujo: Anna Castillo, Willy Toledo y Pepe Sacristán. Especialmente este último derrocha talento en su papel de juez desquiciado. De Goya.

La película desconcierta desde el primer momento y el espectador no sabe a qué atenerse hasta bien entrado el metraje. Esa expectación inicial, que puede ser realmente buena al principio, poco a poco se va volviendo aburrida y repetitiva. No sabe continuar con la idea inicial y se diluye como un azucarillo. Solo despierta con algunas escenas ingeniosas y la presencia de cameos relevantes como el de Blanca Portillo, José María Pou o Albert Plá.


Se agradecen proyectos como "Escape" que se salen de las propuestas habituales pero no es fácil mantener la consistencia e interés durante más de dos horas de metraje. El guion no es robusto ni equilibrado. Los personajes no tienen una evolución acorde a ese aura surrealista que sujeta la película. Y ése es el principal problema, su ritmo irregular provocado por todo lo anterior. Por momentos te aburres y eso es lo peor que le podría pasar.

Aunque el resultado podría haber sido mejor, recuperar la herencia de cineastas como José Luis Cuerda o Luis García Berlanga es un soplo de aire fresco y un recordatorio a ese género surrealista que tanto nos ha divertido y muchos seguimos echando en falta.

José Daniel Díaz

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