jueves, 31 de marzo de 2022

Crítica: "Atrapados en la oscuridad"

En el marco de la 54 edición del Festival de cine de Sitges, se presentó en la Sección Oficial Fantastic competición, "Coming Home in the Dark" (Atrapados en la Oscuridad), ópera prima del director neozelandés James Ashcroft que tras más de 10 cortos se lanza al largometraje y de una manera impresionante.


La película arranca con un road trip de una familia acomodada (papa, mamá y dos hijos) , un maravilloso viaje por unos paisajes neozelandeses increíbles. Durante una parada para hacer un picnic en un idílico paisaje, son interrumpidos por un par de extraños personajes con armas y una actitud un tanto amenazante. 
En breve el asalto a la familia queda patente, y la única intención de los villanos es robar las pertenencias y el coche. Sin embargo, un comentario inoportuno de uno de los hijos de la familia provocará que Mandrake (Daniel Gillies) y Tubs (Matthias Luafutu), ambos asaltantes, desaten una violencia incontrolable en esta carrera por la supervivencia.


A medida que avanza la trama, y el pasado de los personajes aflora, se irá descubriendo por dónde van los tiros. Se tocan temas nada agradables que aún día hoy desgraciadamente están muy presentes, descartando, pues, que pueda quedarse en una simple road movie o un survival al uso. Tiene componentes como la brutalidad o la violencia intensa gratuita de los actos de los protagonistas.

En definitiva, una buena película, con un ritmo que va de más a menos pero que en ningún momento decae, dejándote anclado a la silla y estremeciéndote por la dureza de las imágenes y la crudeza de la realidad que oculta. La interpretación de los personajes ayuda totalmente, mención especial a Daniel Gillies, que lo borda.

Mi puntuación: 8/10

David Sanmartí
@ddsanmarti
Festival de Sitges 2021

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