lunes, 9 de octubre de 2023

Hayao Miyazaki inaugura por todo lo alto el Festival de San Sebastián con "El chico y la garza"

Arranca el Festival de San Sebastián de la mejor manera posible con "El chico y la garza" de Hayao Miyazaki. Completan un estupendo primer día de festival la japonesa "Perfect days", lo nuevo de Kaurismaki "Fallen Leaves", la película animada española "El sueño de la Sultana", la nueva producción de Bayona "La sociedad de la nieve" y el estreno en Perlas de "Rosalie".


Qué mejor manera de arrancar un Festival que con el maestro Hayao Miyazaki, después de más de diez años de silencio, con sus 82 años, nos ha traído de nuevo a las pantallas de Donosti, una de sus películas más profundas, conmovedoras, una fábula audaz sobre la búsqueda de la verdad en lo irreal.Tengo que confesar que soy un gran admirador de todas sus películas, desde 1970 con "Lupin III El Castillo de Cagliostro", pasando por "Nausica en el Valle del Viento", "El castillo en el cielo", "Mi vecino Totoro", "Porco Rosso", "La Princesa Mononoke", "El Viaje de Chihiro", "El castillo ambulante", "Ponyo, en el Acantilado", y su penúltima película "El viento se levanta" ,su película más autobiográfica y también la más alejada de la fantasía, y de sus obsesiones más íntimas.
A su nueva película la ha bautizado con el nombre de "The boy and the heron", o "El chico y la garza".

Jose Luis Rebordinos cuando anunció que el director japonés había aceptado el Premio Donostia, comentó que es la persona más importante que ha dado la animación mundial en toda su historia, y por eso también se entiende que tenga hoy una corte de fans, no solo entre espectadores de todas las edades, sino entre los estudiosos del cine.


La película comienza cuando Mahito, un joven de 12 años, lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo. El título de la película se basa en la novela de 1937, 'Kimitachi wa Dō Ikiru ka' escrita por Yoshino Genzaburō pero la película presenta una historia original que no guarda relación con la novela. Una libre adaptación que nos lleva a lo que creemos que es su carta de despedida, un testamento que condensa sus ideas anteriores y las lleva más allá. 

Nos lleva a un territorio conocido, el de la imaginación inabarcable, y en la que se divide en partes, la primera más contenida y presentación, y en la segunda en la que todo explota, la magia se esparce por todo el metraje de forma incontrolada, un despliegue apabullante, presentando personajes y criaturas perfectamente animadas que te dejan sin palabras, y más cuando piensa que todo está hecho a mano, uno de los mayores logros es que no tiene un argumento convencional en el sentido que se le puede sustraer múltiples significados e interpretaciones. Eso sí, no esperes entender el argumento a la perfección, puede suceder que los sucesos que mueven el eje de la historia y la lógica interna de las cosas que pasan, no las captemos, que la sintamos como abstracta y metafórica, pero estoy seguro que muchos entenderán todo mejor con un segundo visionado, ya que, en comparación con sus anteriores obras, creo que estamos ante una de las que más cohesión argumental tiene.


Si me pidieran una comparación o referencias con sus anteriores películas diría que tiene el ritmo pausado y poético de "La princesa Mononoke" y la magia y belleza de "El viaje de Chihiro".
Y me hago una pregunta, qué reacción tendrán los espectadores cuando se estrene en los cines, cuando los padres vayan con sus hijos.. les puede parecer lenta, para un niño o una niña tiene que ser difícil verla, porque aborda temas muy complejos, casi impropios del director, y también podríamos hablar de su parte final, donde los personajes se simplifican demasiado, a lo mejor nos hubiera gustado que el protagonista fuese un poco más convincente con sus sentimientos.

Yo me quedo con que es delicada, tan delicada como los movimientos de todos sus personajes a través de cada fotogramas, como una tela de araña muy fina, se ve, se atisba el corazón de cada una de las personas que ha trabajado dibujo a dibujo, escena a escena. Lo que sí que pido, que no es necesario entender todo para disfrutar del viaje, en una época en la que todas las grandes producciones animadas buscan guiones genéricos, pero que cierran cada cabo, Miyazaki ha buscado claramente crear conversación, con una obra que se puede comprender en la superficie, que sí, que tiene respuestas ocultas, que es donde está la magia, y de la magia de sus curiosos personajes y animales, como la propia garza o los periquitos.
 
Esperemos que no sea el adiós de su director, en la que nos lleva a un viaje donde la importancia del mismo no reside a dónde nos lleva, sino es el viaje en sí, que la vida no siempre es fácil, y los reveses y las relaciones difíciles son parte de lo que significa vivir en un mundo real, y crecer como persona. Y no quiero pasar por alto la magnífica banda sonora de Joe hisaishi. y mención especial a la sutil referencia al "Claro de Luna" de Beethoven en la escena que arranca la luna en el cielo estrellado. Una película de dos horas para adultos, personalmente no la recomendaría a menores de 10 años.

Y después de la animación, la segunda película del día, seguimos con los japoneses con la película "Perfect days", dónde nos lleva al personaje de Hirayama que parece totalmente satisfecho con su sencilla vida de limpiador de retretes en Tokio. Fuera de su estructurada rutina diaria, disfruta de su pasión por la música y los libros. Le encantan los árboles y les hace fotos. Una serie de encuentros inesperados revelan, poco a poco, más de su pasado.
La verdad que viene bien, después de visitar el Kursaal, un film con un toque delicado, y una visión clara, que explora la belleza y el significado en lo mundano. el seguir el día a día, una vida sencilla que se ve interrumpida por una serie de encuentros que revelan aspecto de su pasado con un actor en estado de gracia, Koji Yakusho, con una gran sensibilidad y autenticidad, que captura al espectador y que recibe toda su atención, capturando la belleza en los detalles más pequeños de la vida cotidiana.


Lo que más se agradece es la recreación de la vida cotidiana en Tokio de una manera muy realista, no hay efectos especiales, lo que refuerza su enfoque en la historia y los personajes, todo es tranquilo, hay paz, calma, reflexión. Casi cuatro décadas después de volver sobre los pasos de Ozu en el documental Tokio-Ga, el director Wim Wenders, regresa a la capital japonesa, inspirada en las palabra japonesa komorebi, que describe el brillante juego de luces y sombras través de las hojas de un árbol, cada movimiento parpadeante es único.
 
La vida en el centro de cada fotograma, de una engañosa sencillez desde los pequeños detalles, por su ausencia de cinismo, de un director maduro que piensa detenidamente sobre las cosas que hacen que la vida tenga sentido, todo es conmovedor, un personaje invisible, la sensación de una vida despojada de desorden.

Cómo se agradece la rutina, yo soy el ejemplo, cuando estoy bastante tiempo fuera de casa, de festival en festival, haciendo kilómetros, esa rutina de Hirayama ese suave ritmo, que nos balancea agradablemente, con ese plano de la furgoneta conduciendo y oyendo en un radio-cassette el Feeling Good, de Nina Simone, en un cassette de su extensa colección de rock de los años 60 y 70, lo que permite a Wenders salpicar todo el metraje con Lou Reed, The Rolling Stones, Otis Redding, The Animals, esa rutina desde almorzar todo los días en el mismo banco en el jardín del templo donde todo los días toma una fotografía del mismo punto de luz a través de las copas de los árboles, con su cámara analógica, esa rutina leyendo un libro de bolsillo que compra por poco dinero, esa rutina que con cada repetición revela diferencias sutiles.


Con la noche termina el día de esa rutina, y nos adentramos en el reino de los sueños y comenzamos de nuevo como hicimos la mañana anterior, monástico, disciplinado y satisfecho con sus rituales y su trabajo, alejado del mundo de las redes sociales y las tecnologías modernas. El personaje mismo es más un oyente que un conversador, siempre reconoce pero rara vez responde verbalmente a quienes hablan con él. Si me pregunta, si sería mi amigo, diría que sí, es simplemente amable, comprensivo, empático y está dispuesto a sacrificar su tiempo, su dinero, y sus pocas pertenencias para beneficiar a los demás, un amigo para siempre. Una obra esbelta, una película de atención plena. Sobresaliente.

La tercera película del día es la finlandesa "Fallen leaves". Ansa es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de cero horas en un supermercado, abasteciendo los estantes; luego clasifica el plástico reciclable. Una noche se encuentra accidentalmente con el igualmente solitario trabajador Holappa, un alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol.

Lo que parece un guion sencillo, de la mano de su director Aki Kaurismaki, se convierte en una tabla de salvación moral y ética, caricaturizada, agradable y ácida, de personajes acartonados y dependientes pero sensibles y sobre todo de las segundas oportunidades. La historia de dos adultos solitarios de mediana edad que comienzan una relación con tentativa de amor, no es nueva, ya la vimos en "Marty", o en "Breve encuentro" de David Lean, también la historia de dos adultos que se encuentran por casualidad y se reencuentra, en principio esta es la sipnosis, pero si profundizamos en Ansa, de mediana edad, vive sola, pasa de un trabajo a otro sin futuro, siempre inexpresiva dirigiéndose a casa en busca de otra cena precocinada, solo tiene un par de amigas del trabajo, él, Holappa, que trabaja en la construcción y que su mayor deporte es beber, y perder un trabajo tras otro, los dos tienen diálogos inexpresivos, que enriquecen el metraje, el director es un agudo observador del comportamiento humano, y de hecho esta es la cuarta película de su célebre trilogía de la clase trabajadora, precedida por "Shadows In Paradise", "Ariel" y "Match factory girl".

 
La película es cine, ese homenaje que se le hace, cuando ellos sugieren ir al cine, un cine con carteles de películas clásicas, y lo que también hemos visto en otros films, lo de volver a verse de nuevo, después del primer encuentro, pero él pierde su número de teléfono, y ella tampoco sabe el suyo, ni donde viven, el mayor mérito es que no es la típica apuesta de Hollywood en su historia sobre dos personas que simplemente nunca encontraron a la persona con quien compartir su vida.
Como nota curiosa, el título de la película proviene de la letra de la canción "Autumm Leaves".
Muy recomendable, te recuerda que la vida con toda su tristeza y extrañeza, puede seguir mereciendo la pena, y en una visión humanista del mundo.

La cuarta película del día de  Sección Oficial nos lleva a nuestra casa en estos días, el Cine Principal con la película española "El sueño de la Sultana". Su directora Isabel Herguera nos lleva a un un relato feminista indio escrito en 1905 por Begum Rokeya Hussein. Inés es una directora de animación española de 30 años que se encuentra en Ahmedabad para romper con su amante indio. Casualmente entra en una librería donde descubre esta novela en la que se narra un país imaginario gobernado por mujeres. Fascinada por la historia y la actitud transgresora de la autora, Inés decide hacer una película.

El libro es un clásico de la literatura de ciencia ficción feminista donde la autora presenta un mundo al revés donde las mujeres tenían el conocimiento y por lo tanto el poder político, económico y los hombres eran ignorantes sin acceso a la educación y que se ocupaban de las tareas domesticas. su autora, fue una conocida activista y reformadora social que fundó las primeras escuelas para niñas musulmanas en Bengala.


Es una película de animación, independiente, con una técnica de dibujo muy peculiar, y sobre todo para definir las atmósferas y el tiempo, y en las que se ha utilizado tres técnicas diferentes en 2d, acuarela y los fondos con papel de seda. Es la ópera prima de su directora Isabel Hergueta, que ha tardado en hacerse diez años, con una preproducción muy lenta y sobre todo para conseguir financiación, hacer muchas entrevistas y documentación exhaustiva para encontrar las claves para sacar adelante la película. Un debut que comienza francamente bien, con ritmo, pero que poco a poco va perdiendo fuerza e intensidad, una fabula a veces clara, y otras no tanto, algo dispersa de mensaje y contenido, que no muestra la energía y la claridad narrativa necesarias para hacer que el metraje avance, eso sí, sus imágenes nos llenan de sugerencias. A ver cuál es su recorrido comercial con una duración de 86 minutos.

Antes de terminar con la quinta película del día, quiero escribir de una película que vi la semana anterior al comienzo del festival de cine, por mi condición de Académico y miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, para votar a la película que nos va a representar en los Oscar de la próxima edición, y que se proyectaba hoy en el primer día "La sociedad de la nieve".
En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrella en un glaciar en el corazón de los Andes. Solo 29 de sus 45 pasajeros sobrevivieron al accidente. Atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, se ven obligados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida... Basada en "La sociedad de la nieve", de Pablo Vierci.

La pregunta sería, ¿era necesario rodar de nuevo la tragedia de los Andes?,.. la respuesta es SÍ.
Juan Antonio Bayona, su director, ha estado acompañado en su visita al festival de Gustavo Zerbino y de Enzo Vogrinci, el primero que vivió la tragedia en primera persona, el segundo miembro del reparto, que contó que, por mucho que te digan, por mucho que leas, y por mucho que prepares al personaje, es imposible que sientas lo que vivieron aquellas personas. Solo ellos saben lo que fue aquello y ese fue el mayor desafío.


Bayona en sus declaraciones dijo que cuando hace una película "me interesa tanto el qué como el cómo" y el mayor reto fue encontrar el punto de vista para contar una historia que efectivamente, ya había sido contada. Leyendo el libro, enseguida se dio cuenta de que había un personaje esencial que generalmente no está, cuando se cuenta la historia y ese personaje son los muertos y en cuanto a los actores, al reparto, se sentía obligado a apostar con gente con poca experiencia o desconocida para el público, y sobre todo, que el reparto transmitiese autenticidad y que la emoción emanase de ahí.

Bayona ha tenido material para documentarse, sin olvidar el clásico de "Viven" de Piers Paul Read publicado por primera vez en 1974, el aludido de Pablo Vierci publicado en 2009, y las obras menores que se han escrito que sobre el tema han escrito sus propios protagonistas como "Diario de un superviviente" de Coche Inciarte, "Las montañas siguen allí" de Pedro Algorta, y "Tenía que sobrevivir" de Roberto Canessa, pero el más interesante y mejor y con diferencia es "Milagro en los Andes" escrito por el salvador del grupo Nando Parrado. Además de las adaptaciones llevadas al cine anteriormente, "Viven" de Frank Marshall en el año 1993.

Su factura es técnicamente impecable, y una fotografía inmensa, los paisajes nevados de Sierra Nevada son parte de este espectáculo, y un magnífico trabajo de efectos visuales, el sentir esa soledad y lo inhóspito que resulta el lugar en que se encuentran. Quizás el metraje sea excesivo, esos 144 minutos, con detalles innecesarios, no hay novedad en un relato demasiado dilatado y que se dirime entre momentos de espectacularidad y aburrimiento, como los personajes, sin carisma ninguno de ellos, y que los confundimos durante el metraje, en definitiva, una película de Netflix, con una banda sonora magnífica, hecha con cariño que se puede ver perfectamente, y con un respeto mayúsculo. Está aprobada.
 
Y para finalizar el día, un día esplendido en cuanto a películas, y un inmejorable primer día de Festival, de nuevo nos encaminamos para el casco antiguo al Cine Principal a ver en la Sección Perlas la película
"Rosalie". La trama nos lleva a la Francia de 1870. Rosalie no es una joven como las demás. Ella esconde un gran secreto. Desde que nació, su cuerpo y cara están cubiertos de pelo y se ve obligada a disimularlo para evitar ser rechazada. Es lo que se llama una mujer barbuda. Pero nunca quiso convertirse en una atracción de feria. Un día, el dueño de un café con demasiadas deudas decide casarse con ella por su dote, sin conocer su secreto. Pero Rosalie está cansada de esconderse y quiere empezar a ser vista como una mujer a pesar de ser diferente.


Hirsutismo es una condición, que provoca un crecimiento excesivo de vello en todo el cuerpo , en este caso el de una mujer, después de afeitándose a diario, Una enfermedad de las llamadas raras.
La inspiración de su directora Stephanie Di Giusto, fue Clemetine Delait, una mujer que vivía orgullosa de su condición en la misma época, no es una película biográfica sino que la desarrolla con una perspectiva decididamente más moderna en proceso, sobre todo a los propios medios personales, y que tiene muchas aplicaciones en los tiempos modernos, sobre todo en su llamada a la tolerancia hacia la diferencia de los demás, el principal hándicap es que todo es muy superficial, a pesar de la puesta en escena elegante y el vestuario.

Nadia Tereszkiewicz está estupenda en su papel, de un optimismo resistente, y con un dilema final: todos somos más parecidos que diferentes. Nos quedamos con el aprobado.

JOSE ANTONIO DIAZ
@jose_a_dominguez
Festival de San Sebastián 2023

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