domingo, 12 de noviembre de 2023

"El maestro que prometió el mar" de Patricia Font, un bonito homenaje al profesor Antoni Benaiges

A veces se estrenan pequeñas joyas que no tienen la promoción ni distribución que merecen. Uno de esos casos es "El maestro que prometió el mar" de Patricia Font que acaba de llegar a los cines españoles tras su paso por la Seminci de Valladolid. Una bonita historia sobre la fuerza de la libertad y el valor de la educación ante el poder del totalitarismo.

Patricia Font, directora catalana que ha sostenido su carrera fundamentalmente en la series de televisión, probablemente haya encontrado su mejor trabajo en la adaptación de la novela de Francesc Escribano. Su composición de una época y un personaje es lo mejor de "El maestro que prometió el mar".

Antoni Benaiges fue un maestro de Tarragona al que destinaron a un pequeño pueblo burgalés poco antes de estallar la Guerra Civil. Su presencia allí fue breve pero también inolvidable. Fomentó un tipo de educación innovadora y sustentada en la confianza y el trabajo en equipo. Se ganó el respeto de sus alumnos a través de la palabra y no del castigo. Una pena que la época no acompañara a su talante y personalidad. Su ideología abiertamente republicana pesó en el destino de alguien que solo quería llevar a su clase a conocer el mar.


El responsable de dar vida a Antoni es Enric Auquer, un actor que crece exponencialmente trabajo tras trabajo. Dota al personaje de una tremenda humanidad sin caer en la ñoñería. Ese aspecto es clave para encumbrar su interpretación. Le acompaña Laia Costa con un personaje cuyo espacio temporal es muy posterior. Pese a la carga dramática, no llega a alcanzar un peso significativo en la película.

Es de mérito que el cine español vuelva a poner su mirada en la Guerra Civil tras unos años en los que ciertos prejuicios redujeron el número de títulos ambientados en esa triste época. Y lamentablemente, tal y como ocurre con la II Guerra Mundial, el número de historias que merecen ser contadas es incontable.


Nos encontramos esencialmente ante una bonita historia que lanza un mensaje muy poderoso. La educación y la motivación se pueden alcanzar a través de la fuerza de la imaginación y la creatividad. Los mejores profesores son los más empáticos, los que menos interés ponen en las reglas preestablecidas y los que más fomentan el pensamiento crítico.

Antoni Benaiges fue valiente y marcó a una generación de jóvenes estudiantes. Solo por eso se merece este homenaje en forma de película. Una de esas que, tristemente, no abundan.

José Daniel Díaz

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Fila EFE