sábado, 4 de mayo de 2024

"La casa" de Álex Montoya, donde los recuerdos habitan

Uno de los títulos importantes del pasado Festival de Málaga ya está en la cartelera española. Se trata de "La casa" de Álex Montoya, adaptación de la novela gráfica homónima de Paco Roca, que se erige como un alegato sobre la memoria y reconciliación familiar.

Álex Montoya no es un primerizo. Quizás ahora su nombre suene con más fuerza gracias a los premios obtenidos en el Festival de Málaga (guion, música y premio del público) pero ya había afrontado proyectos interesantes. La poco reconocida "Asamblea" retrataba diferentes y complejas personalidades con un Francesc Garrido en estado de gracia y "Lucas", que le valió una nominación al Goya al joven Jorge Motos, invitaba a reflexionar sobre la pederastia y sus consecuencias. Eso sí, siempre al ritmo de su querido grupo La Raíz.

Y ahora llega "La casa", su apuesta más emotiva que bebe de la maravillosa obra de Paco Roca. Lo hace apoyándose en el novelista y aprovechando la novela como si de un storyboard se tratara. Y el resultado es bueno pero no notable. Probablemente porque es difícil trasladar tantos sentimientos y de una manera tan personal como lo hace el autor valenciano.

De las obras de Paco Roca teníamos como referencia esa maravillosa adaptación que se hizo de "Arrugas", sin duda una de sus obras más recordadas. La reflexión sobre la vejez y el trato que damos a nuestros mayores no pudo tener mejor reflejo en pantalla. Eso sí, desde el formato de la animación. Por tanto "La casa" es su primera adaptación en formato ficción con personas reales.

"La casa" comienza con una recreación perfecta del entorno. Nunca un hogar familiar fue tan relevante en una película. Cada esquina esconde un recuerdo, una anécdota o una sensación de melancolía. La reivindicación de un espacio que da título tanto a la obra como a la película. Y en ese aspecto el engranaje es perfecto. A partir de ahí la historia crece al ritmo de los personajes aunque con un desarrollo menos emotivo de lo que cabría esperar. Hermosa en sus recreaciones pasadas y descafeinada en sus relaciones presentes. Faltan diálogos, miradas, silencios y, sobre todo, mensaje. 

La novela gráfica recuerda la importancia de la comunicación entre padres e hijos y entre los propios hermanos. Esa horrible sensación de no haber dicho lo que tienes dentro una vez fallece un ser querido. Algo que te acompaña toda la vida y no tiene solución. Un mensaje que la película no desarrolla suficientemente y queda en un segundo plano.

Si hablamos de las interpretaciones el resultado es desigual. Aunque en un perfil secundario, los incombustibles Miguel Rellán y Luis Callejo están superlativos y tanto David Verdaguer como Oscar de la Fuente cumplen en sus roles más protagónicos. El resto del reparto no destaca ni sobresale especialmente. En una película que pide tanto trabajo actoral, falta oficio en algunos momentos. 

"La casa" no decepciona pero se queda un paso por detrás de lo que pudo haber sido. Primera película que se estrena este año con opciones reales a nominaciones en los Goya.

José Daniel Díaz

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