Aprovechando las fechas veraniegas se estrena "Norberta", una película que afronta la transexualidad madura desde la comedia ligera y el desenfado. Sus protagonistas, Luis Bermejo y Adriana Ozores, son el mayor activo de una historia que nunca llegamos a entender si se posiciona en la reivindicación o en el enredo bienintencionado.
Belén López y Sonia Escolano (que además firma el guion) son las directoras de "Norberta", un ejercicio pretendidamente inclusivo, que en tono humorístico aborda la transición de un hombre adulto para poder definirse y ser visto como una mujer. Marido y padre de una hija mayor, esta noticia supone un shock para su familia y amigos.
Luis Bermejo interpreta con mucha sensibilidad a Norberta. No era un reto fácil y podía caer en tópicos más cercanos a la parodia que a la realidad de una persona que se encuentre en ese proceso. Sin embargo, el actor (dos veces nominado al Goya) demuestra una vez más que es capaz de afrontar cualquier tipo de personaje. Estoy convencido que en otro actor el personaje habría perdido mucha fuerza. De hecho, él mantiene la película en muchos momentos.
Me encanta la pareja Bermejo-Ozores porque son actores profesionales que entienden su oficio y son capaces de enfrentarse a cualquier reto. Algunos secundarios de lujo como Adelfa Calvo o Ramon Agirre completan un elenco bien trabajado desde el área de casting. Siempre es un placer disfrutar de intérpretes con esa experiencia y dedicación.
Si bien es una película que entretiene y mantiene un buen ritmo, es difícil saber qué pretende. Si es una comedia, no le encuentro la gracia. Si es un drama, apenas noto esa carga emotiva. La definiría como una película familiar muy blanquita que evita el "mal rollo". No me encaja tanta solidaridad, tanta empatía y tanta comprensión. A mí me saca de la película. Ojalá la vida fuera tan sencilla y la libertad individual de cada uno se entendiera de una forma tan natural, pero mi percepción de nuestra sociedad no es esa.
No entiendo "Norberta" como una película reivindicativa ni reflejo de una realidad social. Más bien me parece una excusa muy actual para contarnos una historia que no se quede en la manida pareja madura de atracadores. No pasará a la historia pero vale la pena darle la oportunidad y desconectar durante hora y media.
José Daniel Díaz
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