domingo, 23 de enero de 2011

La Gala de los nominados a los Goya se convierte en un ejercicio de autocrítica


Que cada día está más caro y complicado asistir a eventos como la Recepción de los nominados a los Goya es un hecho. Reciben antes una acreditación un espacio "chorra" que jamás le ha interesado ni le interesará el cine que los medios que año tras año seguimos con interés todo lo que se produce en nuestro país.

Pero seamos realistas. Esos programas tontos que harán todo tipo de preguntas menos los relacionados con el cine son los que más éxito tienen y al final se trata de publicidad. Otro debate sería analizar si esa publicidad es positiva o negativa ó si relamente pueden verte 3 millones de espectadores pero que jamás pisarán una sala de cine.

El caso es que Cinedania ni si siquiera puede soñar con la acreditación ni en la Recepción ni mucho menos en la Ceremonia pero en este caso por contactos que tiene uno pudimos "colarnos" para informar de lo que allí ocurría (Qué paradoja!!! Colarse para darles publicidad...)

Centrándonos en lo ocurrido el día 22 en la Casa de Correos podemos decir que la asistencia de nominados fue descafeinada. Creo que recibir una nominación a los premios más importantes del cine español merece un esfuerzo y es una obligación asistir cuando la Academia te reclama. Y como hoy estamos realistas, me parece muy bien que asistan auténticos monstruos de la interpretación como Ana Wagener ó Laia Marull pero lo que va a promocionar el evento es la asistencia de Javier Bardem, Emma Suárez ó Elena Anaya. Pues bien, ninguno de ellos asistió.

El que sí estuvo e hizo un gran discurso fue el Presidente y nominado (tenía doble motivo para asistir) Alex de la Iglesia. Pidió perdon por no haber sabido dar este año lo que el espectador pedía y prometió intentar hacerlo mejor en próximos años. Es la primera vez que escucho autocrítica dentro del cine español y por fin me sentí cerca de nuestro cine. La visión que ha aportado Alex a la Academia es de alabar evitando lloriqueos absurdos como los que tuvimos que aguantar de los anteriores presidentes.

Tras él una representante de la Comunidad de Madrid hizo uno de los discursos más planos e insulsos que se recuerdan. Tópico tras tópico, con el políticamente correcto por bandera, cumplió expediente con cara de "no sé qué pinto yo aquí".

La foto de familia cerró el resumen de un año muy flojo del cine español. Además de los nominados entre los que estaban todos los directores afectados (algo fantástico) pudimos ver a Manuela Vellés, Micky Molina, Enrique Villén, Miguel Angel Muñoz, Silvia Marsó, Victoria Vera...

Y entre los nominados llamó la atención la elegancia de Belen Rueda, el carisma que siempre desprende Emilio Aragon, la belleza insultante de Natasha Yarovenko ("Habitación en Roma") y la simpatía y desparpajo de Antonio de la Torre.

Y para acabar quería hacer mención a dos grandes directores: David Pinillos, director de Bon appetit, con el que tuve la ocasión de conversar y lamentarse por no ver el montaje y Unax Ugalde entre los nominados, y Rodrigo Cortés, director de Buried, que aún no se acaba de creer lo que está viviendo y que podría ser el gran tapado de la Gala. A ambos desde Cinedania les deseamos la mayor de las suertes y ojalá levanten un Goya porque bien merecido lo tienen.

José Daniel Díaz

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