lunes, 11 de febrero de 2013

Crítica: "Gangster Squad (Brigada de élite)"


Para los amantes del cine negro, uno de los títulos más esperados del año era este "Gangster Squad" de Ruben Fleischer. Con todos los ingredientes necesarios para hacer un clásico del género y con unos diálogos llenos de ironía y sarcasmo, pierde fuerza por un guión aparentemente hecho con retazos de otros títulos de gangsters.

Inspirada en hechos reales, Sean Penn interpreta a Mickey Cohen, un mafioso ex-boxeador que se adueñó de Los Angeles en los años 40. Aunque físicamente el parecido con el original es prácticamente nulo, el actor salva la papeleta haciendo un personaje a su medida. Frente a él tenemos a Josh Brolin, el sargento John O´Mara, que forma un equipo destinado a eliminarle.

La primera impresión es que nos encontramos ante un nuevo "Los intocables de Elliot Ness" que según avanza la película se convierte en "Dick Tracy", dejando la imaginación para otros menesteres. Ya sabemos lo que ocurrirá, cómo ocurrirá y cuándo ocurrirá. Sin efecto sorpresa, su plato fuerte es una  cuidada ambientación, algunos diálogos memorables y una entretenida puesta en escena que no decepcionará pero tampoco emocionará. 


El papel de mujer fatal lo interpreta una insulsa Emma Stone que, sin embargo, encuentra apoyo en el siempre solvente Ryan Gosling. Esta "pareja de guapos" aportan morbo a la historia pero no siembran interés en ningún momento, ni siquiera sentimos feeling entre ellos. Lo que si funciona es el fantástico grupo de secundarios encabezados por un Giovanni Ribisi que borda su papel.

El director Ruben Fleischer se equivoca al intentar dar un aspecto de videoclip a algo que debería ser más oscuro y mezquino. Si tu intención no es caricaturizar a los personajes, debes aplicar un mayor tono dramático donde podamos ver que las actitudes de cada uno de ellos se fundamentan en que no tienen nada que perder, en la soledad de los héroes al enfrentarse a retos que mejoren la calidad de vida del resto.


De todas formas, "Gangster Squad" entretiene y, por momentos, te hace disfrutar de buen cine de mafias. Esos momentos rescatan gestos y detalles del género que te hacen vibrar en la butaca. Si esa caja tan bonita tuviera un contenido de la misma belleza, hablaríamos de obra maestra. Lástima que no sea así y se quede en el aprobado justito.



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