viernes, 10 de septiembre de 2010

Crítica: "Resident Evil: Ultratumba 3D"

La heroína Alice, nacida de un videojuego, llega con una nueva aventura, y ya van cuatro, enfrentada una vez más a los zombies y a esa extraña empresa que experimenta con seres humanos. Milla Jovovich vuelve a encarnar a la protagonista con más acción que nunca aprovechando al máximo las ventajas del 3D.

Sony ha encontrado una gallina de los huevos de oro en la saga de Resident Evil. Sus resultados de taquilla han sido satisfactorios y así es fácil pensar que esta historia de muertos vivientes y vivos “murientes” seguirán teniendo continuidad en los próximos años.

Quien espere encontrar en Resident Evil: Ultratumba un buen ejercicio de guión ó una labor interpretativa reseñable saldrá muy decepcionado de esta película. Sus virtudes nacen de lo que el público desea. Se maneja a la perfección en el cine de entretenimiento puro y duro, aquél que no te obliga a pensar ni transmite mensajes llenos de moralina.

Un comienzo devastador pronto te transporta al terreno que el director Paul WS Anderson, pareja sentimental de Milla Jovovich, se empeña en mostrar. Una guerra continua y sin cuartel con pocos vencedores y muchos vencidos, con sangre por doquier y violencia gratuita. Un videojuego que el 3D convierte en realidad. Y es que se puede decir que hasta la fecha ha sido el proyecto que mejor y con más brillantez ha sabido utilizar la nueva tecnología 3D.

Si preguntáis por la sinopsis o queréis un resumen de esta nueva aventura de Alice el simplismo más absoluto sería la constante. Zombies buscando sangre, humanos sin fe ni esperanza y una mujer sin miedo a la muerte que vuelve a centrar su mira en los enemigos que se han mantenido firmes a lo largo de las distintas secuelas.

El toque hispano lo aporta Sergio Peris Mencheta, el próximo capitán Trueno, que participa en este film con un pequeño papel tan previsible como innecesario. Si este trabajo le ayuda a entrar en la industria norteamericana bienvenido sea pero si no es así su labor se podría traducir en pérdida de tiempo.

El resto del plantel artístico permanecen al servicio de los efectos especiales, con la única preocupación de saber cuánto tiempo durarán vivos. Sin apenas diálogos, sin expresar sentimientos que añadan valor a las interrelaciones creadas, sin apenas mostrar registros distintos ni buscar un nivel interpretativo de cierta calidad da la impresión que cualquiera con un mínimo conocimiento actoral podría formar parte de esta saga.

Su éxito se fundamenta en las escenas de acción y en ese aspecto el film cumple sobradamente las expectativas. Apoyado en el 3D el espectador llega a convertirse en un personaje más que vive en sus propias carnes los ataques zombies.


El mundo tal y como lo conocemos se está extinguiendo, menos mal que Alice está para protegernos.

José Daniel Díaz

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