martes, 30 de agosto de 2011

Crítica: "La piel que habito"

Pocas veces tiene uno la oportunidad de asistir a una película de Almodóvar, acompañado por apenas 20 bloggers, y contar con la presencia del director manchego. Pues ese hecho sucedió en la sede de la Warner en Madrid donde pudimos disfrutar en primicia de su nueva película, y ya van 18.

En apenas 10 minutos, y con su hermano Agustín de lugarteniente, avanzó lo que "La piel que habito" pretendía mostrar. Habló de "proyecto distinto" alejado de todas sus obras anteriores y pidió que la película reposase en nuestra cabeza antes de dar el veredicto.

Y yo que soy muy bien mandado, he seguido las indicaciones del oscarizado director. He querido no dejarme llevar por la primera impresión y dejar que los sentimientos que generaron en mí se desarrollen en forma de palabras.

Una vez dicho esto, mi impresión es que el film es fallido. Tiene buenas intenciones, busca con cierto sentido un terror psicológico que en pocas ocasiones consigue y mezcla el humor negro con las escenas más perturbadoras con un éxito discutible. El guión, y por ende la historia, es muy enrevesada. Los flashbacks se intercalan con el momento actual intentando dar explicación a toda esta vorágine psicológica que tanto nos cuesta entender.

Una mujer encerrada en un cuarto, un hombre que la retiene para experimentar una nueva piel con ella y una sirvienta llena de oscuros secretos, son el triángulo donde se sustenta la película. Elena Anaya, Antonio Banderas y Marisa Paredes dan forma a unos personajes desdibujados y ciertamente complejos que gracias a los actores se consigue salvar.

Especial mención merece la labor del actor malagueño afincado en Hollywood. Siempre le he considerado mejor profesional que actor, pero he reconocido en él un esfuerzo superior al resto por lograr alcanzar mediante trabajo lo que el talento innato le ha negado. Su esfuerzo en "La piel que habito" es encomiable y aunque no alcanza la perfección, bien merecería un reconocimiento en forma de nominación al Goya.

Su interpretación se complica aún más por una evolución poco desarrollada de su personaje que le evita obtener un auténtico "malo de película". Salva como puede un final totalmente forzado.

El relato basado libremente en la novela "Tarántula" de Thierry Jonquet, pretende ser un ejercicio de intriga emocional que queda relegado a un thriller de luces intermitentes donde sólo una pequeña parte de la historia toma sentido. Sin querer desgranar lo que este film nos muestra, adelantaré que la música del gran Alberto Iglesias y la fotografía del mítico José Luis Alcaine son sus mejores armas.

El universo almodovariano se reconoce en cada plano aunque la historia y su desarrollo sean totalmente distintos a sus anteriores obras. Posiblemente nos encontremos con uno de los títulos más "olvidables" de su filmografía pero los seguidores, que se cuentan por millones, disfrutarán de la delicadeza, suavidad y sensibilidad con que la cámara recoge cada situación; empatizarán con el mundo que Almodóvar quiere vender y no se sentirán engañados.

A los que nos cuesta disfrutar de sus obras, este título les dejará fríos y con una cierta sensación de fraude en el vientre sin saber bien si el problema es que no sabemos ver lo que otros disfrutan ó simplemente se ha producido una locura colectiva que les impide usar la objetividad en sus impresiones.

Cannes no cayó en la trampa, veremos si la taquilla lo hace.

Podéis ver el tráiler pinchando aquí.

José Daniel Díaz

jueves, 25 de agosto de 2011

Crítica: "Super 8"

Cuentan que la sintonía entre Spielberg y J.J Abrams fue prácticamente perfecta desde el principio. Había un proyecto común que ambos ansiaban realizar, tenían el mismo enfoque y, sobre todo, admiraban el talento del otro y creían en su trabajo. "Super 8" ha cumplido un sueño; demostrar que en la época 3D donde cada día el guión pierde fuerza en pro del espectáculo, todavía queda espacio para el cine de verdad, el que te levanta de la butaca con una sonrisa, con ganas de más.

Antes de entrar en la sala para ver la película ya me había empapado de multitud de críticas. La mayoría destacaban la sensibilidad del film e incluso agradecían esa melancolía que se arrastra durante toda la película. Los que la criticaban hablaban de incoherencias, aburrimiento, interpretaciones poco creíbles.... los típicos comentarios cuando no te integras en lo que estás viendo, cuando no sabes captar la esencia de lo que te quieren contar.

Si no te das cuenta que la historia alienígena no es más que una ambientación, un entorno, entonces es que no has entendido la película. La historia de verdad es la del grupo de amigos (cómo recuerda a "Los goonies") que con una cámara de andar por casa se proponen rodar una película de zombies. Un tributo al cine de los 80 que te llena de una sensación especial, como si volvieras a tener 15 años y disfrutaras de una de esas películas de aventuras que tanto destacaron en esa bendita década.

Desde el minuto uno la melancolía se instala en tu cuerpo. Las escenas de acción se mezclan con las cómicas dejando siempre un espacio al sentimentalismo; pero no a ése barato de lágrima fácil (qué sencillo habría sido sacar lágrimas al niño protagonista por la muerte de su madre o al recordarla).

El grupo de niños parecen sacados directamente de una película de hace 30 años. Su manera de hablar, sus comentarios, su humor... todo parece milimétricamente estudiado para que no falte detalle. Me importa mucho menos si el tren descarrila por una furgoneta o un alien, si es creíble los comportamientos de los personajes o si el alien era un bicho bueno o malo.

No sé si era una buena apuesta mezclar "Perdidos" con "E.T, el extraterrestre", el mundo cada vez más en alza de las series con el cine de entretenimiento puro; lo que sé es que el sueño que han cumplido esas dos personas se ha convertido en un sueño cinematográfico para el espectador.

Como se repite una y otra vez en la película: "hay que dar valor añadido", ésa es la diferencia.

Puedes ver el tráiler aquí.

José Daniel Díaz

martes, 23 de agosto de 2011

Glenn Close, premio Donostia 2011

Hace escasas fechas se comunicó el agraciado con el prestigioso premio Donostia 2011. El Festival de San Sebastian reconocía la labor de la actriz Glenn Close, nominada cinco veces a los Oscar, una vez a los Bafta y ganadora de dos Globos de Oro, tres premios Tony y un Emmy.

La actriz americana Glenn Close, de 64 años, pertenece a la clase alta de la sociedad. Relacionada con la aristocracia nunca le faltaron medios económicos para desarrollarse en lo que más le interesaba. Sus flirteos con el teatro empezaron pronto aunque el gran salto lo dió cuando en 1982 estrenó "El mundo según Garp", un film del prestigioso George Roy Hill cuyo debut le valió su primera nominación al Oscar.

Curiosamente su segunda incursión cinematográfica le valió su segunda nominación, la película "Reencuentro" de Lawrence Kasdan que se estrenó en 1983. Sin apenas pausa su interpretación junto a Robert Redford en "El mejor" de Barry Levinson le trajo su tercera nominación.

Dicen que tiene un carácter fuerte y regio y lo demuestra con declaraciones tales como "las mujeres podemos ser muy muy feroces". Quizás algo de ella se mostrara en uno de sus papeles más conocidos, el de mujer fatal en el film "Atracción fatal" de Adrian Lyne. Su papel aterrorizando a un inocente Michael Douglas le valió su cuarta nominación.

Un año después recibía su última nominación al Oscar y primera a los Bafta con la famosa "Las amistades peligrosas" de Stephen Frears. Corría el año 1988 y a sus 42 años ya había sido nominada por la Academia en cinco ocasiones y se preparaba para ser madre primeriza.

Desde entonces una carrera que se esperaba en continuo crecimiento se quedó en una sucesión de films de mayor o menor éxito pero nunca al nivel de sus primeras películas. Podemos destacar sus interpretaciones en "Tal y como soy" (1988), "Hamlet" (1989), "La casa de los espíritus" (1993), "Mary Reilly" (1996), "Mars Attacks" (1996) y su famoso personaje de Cruella de Vil en el film "101 dálmatas, más vivos que nunca" (1996).

Como ella misma dice "Meryl Streep es la única actriz de mi edad que interesa a Hollywood". Quizás por ello se ha centrado en la televisión con bastante éxito gracias a la serie "Daños y perjuicios" que ella misma produce e interpreta y que ya le ha valido numerosos reconocimientos.

Aún guarda la esperanza de recibir alguna buena propuesta para volver al cine, quién sabe si de la mano de nuestro director manchego más internacional al que ya ha hecho algún guiño con declaraciones del tipo "me muero de ganas de trabajar con Almodóvar" aunque reconoce que su desconocimiento total y absoluto del idioma español podría ser un hándicap.

Junto con la recepción del premio Donostia, presentará en primicia europea su última película, "Albert Nobbs", que dirige Rodrigo García. El 18 de Septiembre a las 21:30 la Kursaal se pondrá en pie para aclamar a una actriz de reconocido prestigio a la que no siempre acompañó la suerte ni la mimaron demasiado desde los grandes estudios.

José Daniel Díaz

viernes, 5 de agosto de 2011

Crítica: "La boda de mi mejor amiga"


Aunque el título parezca un homenaje a la famosa película que interpretó Julia Roberts hace unos años, lo cierto es que cualquier parecido con aquel film es pura coincidencia. Irreverente, socialmente incorrecta e incluso algo escatológica; así es "La boda de mi mejor amiga" de Paul Feig que destila aroma Apatow en cada plano.

La guerra entre dos amigas por convertirse en la dama de honor preferida de la novia, es el eje principal de un film con altibajos que alterna momentos hilarantes, como los discursos de las dos contrincantes en la fiesta de pedida de mano, con otros más sosos y predecibles como el final edulcorado de la película.

No hay nada como una mujer en estado crítico de nervios para generar momentos de vergüenza ajena y auténtico sinsentido. Annie, interpretada por una de las coguionistas Kristen Wiig, es el personaje que pretende desarrollar ternura en el espectador a base de errores y malas decisiones. Rose Byrne encarna a su gran contrincante; ese ser humano lleno de lujo y elegancia que intentará usar su glamour para ganar la batalla.

Su excesivo metraje convierte una entretenida historia en algo más agotador. Alargar algo que no es necesario alargar lo único que consigue es alimentar la impaciencia del espectador. Aunque la trama se mueva en esos barrizales de lo incorrecto, su esencia no es más que la de cualquier historia de entretenimiento sin pretensiones.

Se ha valorado mucho el atrevimiento en focalizar toda la película en las actrices. Actualmente es difícil encontrar películas de mujeres donde ellas sean las auténticas protagonistas. El riesgo parecía claro y evidente pero su resultado, al menos en EEUU, ha sido satisfactorio. Un punto a su favor que aún es más meritorio al no tener en sus filas ninguna actriz de primer nivel que produzca el efecto llamada entre el público.

Poco conocemos de su director. Paul Feig ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito televisivo americano y las pocas incursiones en el mundo cinematográfico no han sido precisamente exitosas. Este film se convierte en su mejor apuesta y quizás el salto definitivo a la gran pantalla. Kristen Wiig (a la que últimamente vimos en la comedia "Paul") y él podrían estar dando savia nueva a una industria algo enquistada, ansiosa por descubrir nuevos talentos.

Puede que se estén dando los mimbres de un nuevo cine en Estados Unidos aunque el rodaje aún no haya hecho más que comenzar.

Podéis ver el tráiler aquí

José Daniel Díaz

Fila EFE