Escondida, entre muchos grandes estrenos que nos acechan estas semanas en la cartelera, a partir del día 25 encontraremos un título que para muchos habrá pasado inadvertido. Se trata de "El camino de vuelta" de Nat Faxon y Jim Rash, una película sencilla de corte familiar y con trasfondo dramático.
Algunos han querido comparar "El camino de vuelta" con la exitosa "Pequeña Miss Sunshine" por ese corte tranquilo, de alternancia ente lo cómico y lo trágico, que tanto entusiasmo despertó en la crítica. Lo cierto es que cualquier parecido es mera coincidencia, y no es porque sea mejor o peor la una que la otra. Simplemente son tan diferentes como necesarias. En mi opinión no hay nada ni en la trama ni en la estética que confirme esa relación.
Aclarado ese punto, esta historia se fortalece gracias a su entrañable y cotidiana historia. Una familia comienza sus vacaciones con la intención de disfrutar un verano de divertimento y falto de problemas. Sin embargo el hijo de la mujer, retraído y enfrentado a su padrastro, mostrará, poco a poco, todas las mentiras y problemas que esconde su forzado clan.
Lo más interesante, sin duda, es la evolución de Duncan (Liam James), un chico de 14 años lleno de complejos, atrapado en su timidez y con grandes dificultades para relacionarse. Gracias al apoyo y comprensión que encuentra en Owen (Sam Rockwell), un adulto comprensivo y bromista, será capaz de mostrar su auténtico ser. Una alabanza a la confianza, a la necesidad de tener personas que sepan reconocer tu potencial y lo fomenten.
Todo lo contrario transmite Trent (Steve Carell), alguien capaz de rebajar y frenar el avance de su hijastro, convencido de encontrarse en una competición por el afecto de su madre (Toni Collette). Son sus detalles y comentarios los que alimentan el desafecto entre ellos.
Es llamativo encontrar a Steve Carell en un registro muy distinto al que nos tiene acostumbrados. Fuera del ámbito humorístico, muestra destreza y realidad, como si transmitiera todo lo que ha escondido después de tantos años de cine sin pretensiones. Su contrapunto, Sam Rockwell, vuelve a demostrar que interpretar puede parecer sencillo e incluso divertido. Y es que el cine tiene un punto de engaño que nos fascina.
Con pequeñas notas de humor, tragedias caseras, amistades inolvidables y algo de amor, el resultado es un atractivo film lleno de entretenimiento. Agradecemos a Sensacine su invitación para disfrutar de este preestreno. Son las películas pequeñas las que, muchas veces, respuestas más grandes suelen ofrecer. Algo así ocurre con "El camino de vuelta" que, sin querer ser la respuesta a las dudas que acechan el Universo, ofrecen una pequeña guía de por dónde se podría alcanzar la felicidad.
José Daniel Díaz
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