lunes, 27 de febrero de 2012

"The artist" puede con "La invención de Hugo" y hace Historia en los Oscar


La noche ya sonaba muda y en blanco y negro. "The artist" acababa de ganar en los Spirit Awards (una victoria más) y en las quinielas había cobrado una buena ventaja. "La invención de Hugo" parecía la única alternativa con posibilidades, una obra maestra de Martin Scorsese. Los pronósticos se cumplieron y la película francesa destacó con 5 Oscar de gran importancia como son Película, Director, Actor, Banda Sonora y Vestuario.

Lo primero destacable fue la organización tan horrorosa de la alfombra roja. La gente se amontonaba, apenas veíamos caras conocidas y, para colmo, en el photocall el personal paseaba por delante y por detrás de los fotografiados fastidiando más de una instantánea. Para más inri, la realización para la TV no se quedó a la zaga, mostrando personajes de segunda mientras los más importantes pasaban desapercibidos para el realizador. Un desastre, vamos.

Billy Cristal volvía a presentar la Gala. Era la novena ocasión, como él mismo comentó. Y ya está pasadito. Siempre las mismas bromas, los mismos comentarios políticamente correctos, el mismo aburrimiento de siempre. Es verdad que tiene desparpajo, que está sobrado ante la flor y nata de la cinematografía mundial, pero su tiempo ya pasó. Es hora de buscar savia nueva.

Los presentadores tampoco es que fueran demasiado divertidos. Chris Rock salvó los papeles y los muppets estuvieron simpáticos pero el resto... la nada. Lo mejor de la Gala, y por goleada, fue el show de Cirque du Soleil que volvió a ilusionar al público.

Pero al final lo que queda e importa son los premios. Se siguió el guión esperado. "La invención de Hugo" arrasó en el apartado técnico y "The artist" en el estético. Sin embargo, éste último se alzó con el triunfo final e hizo Historia en los premios. No me cabe duda que eran, por méritos propios, las únicas que merecían los premios más importantes de la noche. Dos homenajes al cine clásico que nos reactiva el amor al séptimo arte.

Entre las pocas sorpresas destacables podemos recordar la victoria de Dujardin sobre Clooney, el mejor montaje para "Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres" y la importante apuesta de Hazanavicius sobre Scorsese como mejor director.

Muchos derrotados tuvimos esa noche: "Moneyball", "War horse", "El topo", "Tan fuerte, tan cerca", "Albert Nobbs", "El árbol de la vida"... Todos se fueron con su marcador en blanco. Tampoco los hispanos tuvimos suerte ya que ni Bichir, ni "Chico y Rita" ni Ludovic ni Alberto Iglesias tuvieron suerte.

Predecible estos Oscar 2012, pero al menos ganó una de las mejores; algo que tristemente no sucede tan a menudo como debiera. O es que ya nos hemos olvidado del triunfo de "Shakespeare in love" sobre "Salvar al soldado Ryan"? Yo no consigo borrar de mi memoria ese crimen.... y como ése tantos...

José Daniel Díaz

sábado, 25 de febrero de 2012

Crítica: "La invención de Hugo"

Un canto al cine. Así lo definían muchos críticos. Tras disfrutarlo en vivo, en dos horas que parecían diez minutos, no puedo más que certificar que Martin Scorsese ya ha dado al cine lo que el cine le dió a él. "La invención de Hugo" es un homenaje y un tributo a este mundo que, como dice la película, nos enseña a soñar. Envuelto de una belleza visual mágica, aprovechando como nadie la tecnología 3D, sólo queda decir "gracias maestro".

Scorsese, como muchos ya sabéis, agradece su éxito al llamado cine de mafias. "Uno de los nuestros", "Casino", "Infiltrados" y "Gangs of New York" son algunos ejemplos. Sin embargo, sus incursiones en otras temáticas se han convertido en auténticos clásicos como "Taxi driver" ó "Toro Salvaje". "La invención de Hugo" es su primer trabajo de cine familiar, una sorpresa cuando llegó la noticia y una alegría para los que buscamos redescubrir al director italo-americano.

Lo primero que sorprende es esa sabiduría para sacar de una historia, aparentemente, infantil, algo más profundo y didáctico. No se podría definir como film para niños o mayores, lo mejor sería catalogarlo como film para cinéfilos (con independencia de su edad). Esa facilidad para mostrar al espectador lo que todo amante del cine ha sentido al disfrutar en una sala de una buena película, es un auténtico regalo.


Esa sensibilidad tan poco sentimental pero tan cercana, logra transmitir la inocencia del que descubre algo que no tiene explicación. El paralelismo entre la magia y el cine no podía ser más acertado. Una buena película es un fantástico truco, inexplicable y, a la vez, hermoso.

 Los actores, en este caso, son secundarios. La fantástica dirección artística, el relato que nos cuenta, y la fuerza de las imágenes concede un valor más escaso a la labor de los intérpretes. Hugo Cabré, un pobre huérfano encerrado en el reloj de la estación de tren de París, está interpretado por Asa Butterfield ("El niño con el pijama de rayas") con buenas formas pero poco fondo. El dueño de la tienda de juguetes, George Mélies, que esconde grandes secretos tras su vieja mirada, lo encarna un acertado Ben Kingsley ("Gandhi", "La lista de Schindler"). El inspector de la estación, mezcla de maldad e inocencia, le viene "ni al pelo" al poco políticamente correcto cómico Sacha Baron Cohen ("Borat").

El propio director hace un pequeño cameo como podéis ver en la imagen.

Al inicio de esta crítica, os comentaba el maravilloso uso del 3D en "La invención de Hugo". Poco seguidor como soy de esta nueva tecnología "sacacuartos", en la película de Scorsese toma valor y me hace replantear mis propias consideraciones al respecto. Por fin me logra introducir y vivir lo que una pantalla, aparentemente plana, me está contando. Sueño despierto mientras a mi alrededor las imágenes deambulan con sentido y pura magia.

Si aún no crees que el cine es magia o lo crees pero nunca has sabido expresarlo, acude a las salas a disfrutar de "La invención de Hugo". Ni un millón de Oscar serían suficiente agradecimiento para lo que esta película ha hecho por la cinematografía.


José Daniel Díaz

lunes, 20 de febrero de 2012

Los Goya que consagraron a "No habrá paz para los malvados"


Por primera vez pudimos vivir desde dentro la entrega de los Premios Goya. Colaborando con Viendo Movies, un canal de Miami, tuvimos la oportunidad de entrevistar a las grandes estrellas del cine español. Todos coincidían en el discurso: "No habrá paz para los malvados" sería la triunfadora. Y no se equivocaban.

La 26 Edición de los Premios Goya nos trajo aspectos positivos y negativos. Entre los mejores momentos destacaría la reaparición de Silvia Abascal que consiguió emocionar a más de uno como Juanjo Artero, el monólogo algo hiriente pero tremendamente divertido de Santiago Segura y la merecida victoria de la película de Urbizu.

Por contra, la Gala resultó densa, larga y en algunos momentos aburrida. Especialmente agotador fue el triple discurso de la cúpula de la Academia que conforman Enrique González Macho, Marta Etura y Judith Collel. El presidente generó inquietud entre los internautas con su discurso anti-piratería muy crítico con Internet. Su exposición dista mucho de lo que promovía su predecesor Alex de la Iglesia.

La presentadora Eva Hache cumplió con suficiencia su papel. Estuvo divertida, simpática, graciosa y nada cargante. No robó protagonismos y se atrevíó con unos entretenidos sketches de las películas nominadas. Si bien la Gala no destacó por su originalidad, la sobriedad del evento no redundó en una minoración del espectáculo.

El glamour este año vino de la mano de Banderas, Hayek y Almodóvar. Tres pesos pesados del cine mundial que asistieron a los Premios pese a las escasas posibilidades de Goya que les daban todas las quinielas. Antonio Banderas, en declaraciones a nuestro medio, confirmaba las escasas expectativas de victoria pero se alegraba por el gran número de nominaciones de "La piel que habito".

Entre los vencedores pocas sorpresas. Como se preveía se buscó un resultado salomónico que dejara contentos a los principales candidatos. "No habrá paz para los malvados" se llevó seis galardones, "La piel que habito" y "Blackthorn" cuatro y "La voz dormida" y "Eva" tres cada uno. La grata sorpresa la protagonizó la película de animación "Arrugas" al obtener los dos premios a los que optaba.

Sin embargo "De tu ventana a la mía", "Intruders", "La chispa de la vida", "Katmandú" y "Mientras duermes" se fueron de vacío.

Si tuviera que destacar un discurso me quedo con Kike Maíllo, premio a mejor director novel por "Eva". Sacando su vena didáctica (no en vano es profesor en la Escac), hizo levantarse a su joven protagonista Claudia Vega para darla una serie de consejos: Estudiar y agradecer a sus padres el esfuerzo.


Entre las actuaciones resulta sorprendente los compañeros de rapeo que se buscó "El Langui". Antonio Resines, Juan Diego, Tito Valverde y Javier Gutiérrez a ritmo de "Todas las butacas dicen cine" hicieron algo parecido a un tema musical. Está claro que su estilo dista mucho del que pregona el líder del grupo "La excepción".

Y como siempre, hubo anécdotas e imprevistos. En este caso la anécdota la protagonizó Ricardo Darín con su "joder" al abrir el sobre y descubrir que su película "Un cuento chino" era la triunfadora en la categoría de película iberoamericana. El imprevisto llegó de la mano de Anonymus que intentó boicotear la Gala con apariciones y discursos que, por fortuna, apenas tuvieron repercusión.

En definitiva no fue la mejor Gala pero tampoco la peor. Faltó algo de chispa y sobró tiempo pero lo importante fue que en este año de crisis el cine español sigue viviendo y creando.


Os dejo con el tráiler de la gran triunfadora:



José Daniel Díaz

viernes, 17 de febrero de 2012

Crítica: "Infierno blanco"

Número 1 en la taquilla americana. Ese dato, que a mí personalmente me deja indiferente, es su carta de presentación. Tras ver la película pienso que es algo más que eso, es un thriller que mezcla "Viven" con "Depredador"" y que sabe salir airoso del envite. Joe Carnahan, director del film, consigue uno de sus mejores trabajos, sólo comparable a la acción trepidante de "Ases calientes".

Un grupo de trabajadores de una refinería en Alaska se ven involucrados en un accidente aéreo. No llega a la decena el número de supervivientes y Ottway (Liam Neeson) toma las riendas del grupo. Al frío, el hambre y la sed se suma un grupo de lobos sedientos de sangre. Sobrevivir será casi imposible, pero ¿qué otra cosa pueden hacer?

Liam Neeson repite con Joe Carnahan tras "El equipo A", y vuelve a afrontar el reto de ser líder de un grupo de personas. Su personaje, Ottway, cuenta con la ventaja de quien no tiene miedo a morir, en realidad hasta lo desearía. Su vida es un fracaso emocional, con recuerdos que le atormentan y que aún no ha conseguido superar.


"Infierno blanco" es coherente con su objetivo. Puro entretenimiento con las herramientas habituales de los thriller corales de acción, es decir, grupo que pierde miembros a lo largo de todo el metraje, algún sustillo inesperado, personajes al límite física y emocionalmente, unión y desunión continuas... Y con los lobos de protagonistas. Animales sin corazón, despiadados, ansiosos por marcar su territorio.

Aunque al principio comentaba que me recordaba en muchos aspectos a "Viven" y "Depredador", se aleja sustancialmente de ellas en evitar el dramatismo desaforado de la primera y en el planteamiento extraterrestre y militar de la segunda. Por tanto, nos encontramos ante un título más terrenal pero que  evita en todo momento plantear dilemas morales ó cuestiones de supervivencia.


El principal problema del film es su reiteración en algunas escenas. Sin apenas aportar más información, el metraje se alarga sin necesidad, devaluando el resultado final. Aunque su parte final vuelve a recuperar el dinamismo inicial, ciertas fases excesivamente lentas evitan alcanzar el ritmo vertiginoso que el film demanda.

La gélida ambientación y los implacables lobos, junto al siempre efectivo Liam Neeson, son las mejores bazas de esta película. Poco riesgo aunque se echa en falta algo más "marca de la casa" por parte de Joe Carnahan, al que todavía le queda mucho camino para desarrollar un estilo personal.



José Daniel Díaz

martes, 14 de febrero de 2012

La Gala de las Medallas CEC deja en bandeja el Goya a "No habrá paz para los malvados"


Se cumplió el pronóstico. "No habrá paz para los malvados" continuó con su paseo triunfal de reconocimientos. En esta ocasión la Gala de las Medallas CEC (Círculo de escritores cinematográficos) puso un grano más de arena a la producción dirigida por Enrique Urbizu con los premios a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor (José Coronado), Mejor Montaje y Mejor Música.

En el cine Palafox de Madrid, presentado por los jóvenes actores Aura Garrido y Adrian Lastra, tuvo lugar la ceremonia de la entrega de premios. Fue un evento simpático, lleno de humor, sobrio y bastante efectivo. Los primeros premios de la noche cumplieron las expectativas, "No habrá paz para los malvados" conseguía Montaje y Música mientras que "Blackthorn. Sin destino" se llevaba el merecido premio a la Fotografía.

Si Alberto Iglesias no tenía premio es que "La piel que habito" tenía que prepararse para una noche aciaga. Y así fue. Ni un sólo premio para una película que hace tan sólo un día estaba recibiendo el premio Bafta a la Mejor Película Extranjera.

"La voz dormida" se salvó gracias al esperado galardón para Maria Leon como Actor/Actriz Revelación. Presente en la Gala, quiso dedicar el premio a todas las mujeres que sufrieron y sufren como "Pepi y Tensi" (los personajes de Inma Cuesta y la propia María en la película). El Mejor Director Revelación recayó en Kike Maíllo por "Eva" tal y como se esperaba. Profesor de la Escac, tuvo unas palabras muy especiales para una compañera de nominación, Elena Trapé por "Blog", que había sido alumna suya en la escuela de cine.

Los premios a los Guiones tuvieron sabor internacional. Woody Allen y Roman Polanski triunfaban en esta categoría; el primero por "Midnight in Paris" en el libreto original y el segundo por "Un dios salvaje" en el adaptado. Lógicamente ninguno de ellos estaba para recibir la Medalla.

En el apartado interpretativo femenino descubrimos las mayores sorpresas de la Gala. Contra todo pronóstico Goya Toledo recibía el premio a Mejor Actriz de reparto por "Maktub". Emocionada y muy contenta, comentó que era el primer reconocimiento que recibía y quiso dedicarlo a la Fundación Aladina que preside el director de la película, Paco Arango.

En el apartado de Actriz Principal la sorpresa fue aún mayor. Michelle Jenner por "No tengas miedo" se imponía a la gran favorita Elena Anaya por "La piel que habito". Sorprendida tuvo palabras de homenaje para todas esas mujeres que sufren abusos.

El apartado masculino cumplió el guión esperado. Lluís Homar por "Eva" en el apartado de Actor de reparto y José Coronado por "No habrá paz para los malvados" como Actor Principal, fueron los ganadores.

"No habrá paz para los malvados" culminaba la fiesta con las Medallas a Mejor Director y Mejor Película. El momento más emotivo se vivió con el premio de honor para la actriz Julia Gutiérrez Caba, quien dio un breve discurso y se mostró visiblemente agradecida.


Aparte de los galardonados con la Medalla CEC también se contó con la presencia de los actores Fernando Tejero, Juanjo Artero, Raúl Arévalo, Inma Cuesta, Elena Anaya y Alba García y los directores Paco Arango, Mateo Gil, Eduardo Chapero Jackson y Elena Trapé entre otros.

Para finalizar el evento se proyectó la película francesa "Intocable" de Eric Toledano y Olivier Nakache. Tras arrasar en la taquilla francesa con más de 18 millones de espectadores, pronto aterrizará en las pantallas españolas.

El publicó disfrutó de una película entretenida, divertida y llena de "buen rollo". Una comedia clásica, bienintencionada, con algunos gags especialmente buenos que consigue amenizar una gris tarde-noche de lunes. La trama es bastante sencilla. Un hombre tetrapléjico, con el dinero por castigo, busca un asistente que le ayude en sus actividades diarias. Incomprensiblemente se fija, para realizar esa tarea, en un hombre que vive en la marginalidad, inculto, sin educación e irresponsable. Sin embargo, rápidamente conectan y viven situaciones especialmente cómicas.

Un aperitivo de lo que nos espera en la Gala de los Goya del próximo domingo. Las cartas ya están echadas, quién lleva el comodín?

José Daniel Díaz

lunes, 13 de febrero de 2012

Crítica: Shame

Que Michael Fassbender se ha convertido en una de las revelaciones del 2011 no lo duda nadie. San Sebastian ha sido espectador de lujo de la evolución del actor. "Malditos bastardos" de Quentin Tarantino hace dos años y "Shame" este último, tuvieron pase muy especial en Donosti.  De nuevo con Steve McQueen, con el que ya colaboró en "Hunger", logran un retrato potente, audaz y devastador de un hombre, aparentemente triunfal, que vive con fuertes carencias afectivas que se reflejan en su vida sexual.

Cuesta encontrar en la cartelera un drama psicológico tan potente como "Shame". Las miradas y los detalles suplen a las palabras, el transtorno no es evidente. En ningún momento conocemos la historia de Brandon (Michael Fassbender), un treintañero con graves problemas en sus relaciones sexuales. Nada le satisface, cuantos más encuentros sórdidos y oscuros vive, más necesidad le crea. Y ese círculo vicioso no encuentra fin, ni siquiera su hermana (Carey Mulligan) consigue encauzar a este hombre solitario.

La información sobre el personaje principal llega en pequeñas dosis. El deterioro físico y mental del protagonista es espectacular pero apenas detectable en un primer vistazo. No vive con normalidad su sexualidad, sin duda por algo que ocurrió en el pasado pero que nunca llegamos a conocer. Lo importante es que lo tiene y le impide disfrutar. Saciar su hambre es imposible, lo sabe, y persiste en su autosatisfacción egoísta al margen de personas y sentimientos.


Las imágenes son explícitas y necesarias. Es fácil que el espectador repela tanto deterioro sexual, tanta necesidad física que saciar. Pero todo eso lo hace más real y necesario. El impacto en el público es aún mayor al ver que el antihéroe es un hombre atractivo, bien posicionado, que vive en una magnífica casa y con un encanto personal difícil de superar. Lo que llamaríamos un soltero de oro. Si lo tiene todo... qué le impide ser feliz y disfrutar de sus encuentros sexuales? Nunca lo llegamos a saber y eso aún nos descoloca más.

Michael Fassbender ("Un método peligroso", "X-Men: Primera generación") está excepcional. No imagino a nadie más en ese papel. Mantiene el encanto hasta en las situaciones más confusas y complicadas. Recrea a la perfección el estado de ánimo de una persona que se autodestruye poco a poco. Venecia, Sevilla y Los Angeles se han rendido a su interpretación y la crítica en masa ha destacado este papel como el gran salto en su carrera.


El actor aleman no está mal acompañado. Carey Mulligan ("Drive", "Una educación") da la réplica con descaro y suficiencia. Borda un papel que muchos podrían considerar innecesario, pero que en manos de esta singular actriz cobra tintes imprescindibles. Su futuro estará plagado de éxito por este camino de cine de calidad que ha elegido.

McQueen, por tanto, nos consigue seducir y sorprender con este arriesgado film. Su riesgo tiene recompensa, nos encontramos ante uno de los títulos más interesantes del año, que provocará todo tipo de sensaciones pero a nadie dejará indiferente. De lo mejor que pude ver en San Sebastian el año pasado.



José Daniel Díaz

sábado, 11 de febrero de 2012

Crítica: "War Horse (Caballo de batalla)"

Cuentan que Steven Spielberg se enamoró de la historia desde que que tuvo conocimiento de ella. En parte era lógico, cumplía todos los cánones que el director americano aprecia en un guión: Amistad, cine familiar y  mucha épica. Nominada a seis Oscars, su enorme belleza visual y los planos made in Spielberg encajan a la perfección en esta historia algo lenta pero llena de buenas intenciones.

"War horse" lo podría haber firmado Disney y no nos habríamos dado cuenta. Pero tal y como ocurrió con la película de animación "Spirit", la patente de los corceles parece tenerla Dreamworks (aunque ya prácticamente son lo mismo). Más allá de este dato puramente anecdótico, el caballo vuelve a ser protagonista de una historia que se enmarca en la Primera Guerra Mundial.

Algunos detractores del film la acusan de sentimentalista ó ñoña, una cursilada que devuelve el cine más rancio del director. No coincido con esta opinión, no me gusta que se confunda rancio con clásico ó ñoño con bienintencionado. Cada vez somos menos los que disfrutamos con las películas inocentes, sin intenciones oscuras.

Sin un reparto de renombre, pero con muchos actores de un nivel superlativo como Emily Watson ó Tom Hiddleston, cada personaje cumple su función a la perfección. El caballo Joey, separado de su dueño Albert, se ve obligado a sobrevivir en una Guerra cruel e injusta. No hay buenos ni malos, sólo personas en situaciones difíciles intentando sobrevivir.

Spielberg cruza "E.T el extraterrestre" con "Salvar al soldado Ryan" y el resultado es "War horse". No nos engañemos, la calidad de esas dos películas supera a este último film del rey Midas de Hollywood. Pero no deja de ser curioso cómo los momentos bélicos se entrelazan con los emotivos de un joven con su caballo.


La fotografía de Kaminski y la música de John Williams es lo mejor del film. La belleza de las imágenes es indescriptible, un auténtico gusto para los sentidos. Todos los elementos que rodean a la película están cuidados al detalle.

No nos encontramos ante el mejor Spielberg pero su sello se encuentra en cada escena, y un Spielberg al 80% es mucho mejor que la mayoría de directores al 100%. Eso es así. Y además deja algunas frases para el recuerdo como: "Podré odiarte más, pero jamás podré quererte menos". Pues eso.


José Daniel Díaz

miércoles, 8 de febrero de 2012

Crítica: "Declaración de guerra"

Las historias no se cuentan de la misma forma si uno lo ha vivido. No sólo hablo de cine, también tiene sentido esta afirmación en la literatura, pintura ó música. Cuando se plasman las experiencias propias en un círculo artístico, la verdad llena al espectador y se solidariza con ese corazón que se acaba de abrir. La directora y actriz Valerie Donzelli descubre su alma para contar algo tan duro y traumático como la grave enfermedad de un pequeño de no más de 18 meses de edad.

Justa vencedora en el pasado Festival de Gijón, nominada a seis César franceses y candidata por este país a los Oscar 2012, desde su paso por Cannes, todo han sido piropos para este drama familiar contado, curiosamente, desde el positivismo y la humilde sonrisa. Valerie Donzelli rueda su segundo film, con una doble labor de directora-actriz (mucho mejor en la primera tarea que en la segunda), transmitiendo una desbordante sensibilidad.

De una manera fascinante, conocemos la evolución de una pareja primeriza que comienza con los típicos problemas de tener un bebé sin experiencia previa. Poco a poco, tras ciertos detalles aparentemente poco relevantes, los problemas se vuelven más serios y dolorosos. Un tumor en la cabeza del pobre bebé obliga a rehacer el mundo que querían construir para volcarse en la recuperación del pequeño.

El protagonista del film Jérémie Elkaim, que colabora en el guión de la película, tiene un hijo en la vida real con la directora e intérprete francesa. La dolorosa situación que vivieron en las carnes de su propio hijo, lo enfocan como si de una terapia se tratara, con la firme intención de "escupir" una serie de vivencias.



Sin embargo es de agradecer que el dramatismo aparece en momentos muy puntuales. No pretende convertir la sala de cine en un devastador encuentro de lágrima fácil; opta por un punto de vista más arriesgado como es incluir pequeños toques de humor y mucho amor de pareja. No nos enseña discusiones ó rupturas, es la continua muestra de afecto y comunión entre los padres lo que ayuda al espectador a creer en que todo es posible. Nos ayuda a pensar que ese niño se curará.

 Cine independiente que encierra muchos sentimientos. Una pareja dispuesta a hacer lo que sea necesario por su hijo. Un niño que vive al margen de la enfermedad que sufre. Un alegato contra la autocomplacencia y el victimismo en pro de la lucha y las ganas de vivir. 




José Daniel Díaz

lunes, 6 de febrero de 2012

Crítica: "Katmandú. Un espejo en el cielo"

Es posible que en estos momentos sólo ver la miseria de los demás nos ayude a olvidar la nuestra propia. Esta triste afirmación cobra sentido cuando la tristeza que transmite la pantalla se muestra firme y real. Icíar Bollaín pone el foco en Nepal, entre los más desasistidos, para realizar una película de tinte social que mejora con el paso de los minutos.

La mujer es un denominador común en todas las películas de Icíar. Desde la libertad feminista en "Hola, ¿estás sola?", pasando por la violencia machista de "Te doy mis ojos" y las caravanas de mujeres en "Flores de otro mundo", hasta la inserción de la mujer en el mercado laboral desde una perspectiva muy peculiar en "Mataharis", su labor social ha ido dirigido a representar las virtudes y problemas del colectivo femenino.

Verónica Echegui se encuentra con un papel complicado del que sale airosa. Titubeante en algunos momentos, saca fuerza en las situaciones más complejas, apoyada en la siempre magistral dirección de Icíar Bollaín. Sin lugar a dudas es su papel más carismático e importante desde "Yo soy la Juani", y la evolución desde esos inicios con Bigas Luna  hasta ahora ha sido espectacular. Con un look mucho más intelectual y madura, entra de lleno en las duras condiciones escolares nepalíes.

Libremente basado en hechos reales, Laia (Verónica Echegui) es una joven maestra catalana que se traslada a Katmandú para dar clases en una escuela. Descubre la extrema pobreza de importantes sectores de la población y será capaz de cualquier cosa por sacar adelante proyectos que ayuden a esos pequeños sin escolarizar.

El reparto se compone, en buena parte, de actores de la zona como Summyata Battarai y Norbu Tsering Gurung. Mayor complejidad, por tanto, en un proyecto arriesgado rodado en inglés y en la lengua materna de Nepal, destinado a un público muy definido y fiel a la directora.


Icíar Bollaín, y es mi opinión personal, es la mejor directora del panorama español junto a Gracia Querejeta. Me enamoró en "Te doy mis ojos" y desde entonces me convertí en fan incondicional. Si bien sus últimos trabajos no han sido tan interesantes como se esperaba (y me estoy refiriendo a la decepción de "También la lluvia"), siempre es cita obligada asistir a cada estreno que presenta. "Katmandú. Un espejo en el cielo" no se sitúa en la nota de sus primeras películas pero al menos recupera la sensibilidad y riesgo que había olvidado en algún rincon de su cámara.

Dos nominaciones a los Goya (Mejor Actriz y Mejor Guión Adaptado) para esta dura historia donde se rinde homenaje a todas esas personas anónimas que dan su vida por ayudar a los demás. Seres humanos dispuestos a arriesgarlo todo en pro de un objetivo mucho mayor, poner una piedra para que algo cambie a nuestro alrededor.



José Daniel Díaz

Fila EFE